México | 2023-10-11
Se debe tener claro que ningún territorio, a lo largo y ancho del planeta Tierra, está a salvo de las consecuencias del cambio climático. La variación del clima, de forma radical y veloz, también afecta de manera directa a nuestro país y, lógicamente, también a ciudades como Veracruz.
En mano de cada ciudadano está revertir los efectos, cada día más catastróficos, que tendrán lugar en los entornos que habitamos. Debería ser una obligación activar todas las alarmas y que cada ciudadano dedique parte de su tiempo a llevar a cabo acciones en este sentido. Es importante, por otro lado, invertir en sostenibilidad, reforestación, protección de los entornos naturales. Para estas acciones no es necesario que la suerte se ponga de nuestro lado, acertando un jackpot casino de los que se ofrecen en las plataformas de juego, bastará con algún aporte económico, por muy pequeño que sea.
Si no se lucha contra este problema global, los siguientes fenómenos climáticos, que ya se están sufriendo en nuestros territorios, se intensificarán con consecuencias realmente calamitosas.
Los científicos ya lo venían avisando desde hace varias décadas, ahora es una realidad que se intensificará un poco más cada año. La primera de estas señales será el aumento a niveles extremos de la temperatura, valga como ejemplo que solo en los últimos años se ha incrementado en 4º C en Ciudad de México. Como consecuencia directa de este problema, también se darán cambios sustanciales en la forma de llover, turnándose periodos de sequía extrema con diluvios y tormentas intensas, como las que se han dado recientemente en Chiapas, Motozintla, Ciudad Juárez o aquí, en el mismo Veracruz.
Otra de las consecuencias de esta debacle global es el adelanto de las épocas de calor, finalizando bastante después de lo que solía ser habitual. Además, se vendrá acelerando la pérdida de masa arbórea, los bosques irán desapareciendo, aumentando de forma descontrolada los incendios forestales, desaparecerán los glaciares más importantes del país, como los que se encuentran en los volcanes Popocatépetl, Pico de Orizaba e Iztaccíhuatl, que a día de hoy están retrocediendo a una velocidad sin precedentes.
Todos estos fenómenos abrirán las puertas a nuevos casos de zoonosis, como el que tuvo lugar con la pandemia de 2020, o darán lugar a la aparición de enfermedades que se consideraban controladas, como el dengue, que ya ha dado un buen número de casos en Chihuahua.
El trabajo y los esfuerzos que se deben realizar para paliar los efectos de este cambio deben hacerse desde todos los estadios de la sociedad. Tanto el estado, las empresas como la sociedad civil deberán participar en la reducción de emisiones de gases y compuestos de efecto invernadero.
Para lograrlo, estas son algunas de las acciones que todos, desde sus posibilidades, deben llevar a cabo, o presionar a los organismos competentes para que se realicen; fortalecer la normativa aplicable a vehículos automotores, impulsar sistemas alternativos de transporte, estimular los programas de transporte limpio, impulsar la movilidad eléctrica, así como el planteamiento urbano orientado a sistemas de transporte público eficientes, aumentar la participación de energías limpias en la red eléctrica nacional, fortalecer y optimizar la infraestructura eléctrica, e impulsar las tecnologías innovadoras en los ámbitos de almacenamiento y de redes inteligentes.
Así mismo, también es importante la optimización del consumo de energía en la vivienda, en los comercios y en los procesos de los sistemas de refinación y procesamiento. Se deberá fomentar la economía circular y mejorar las prácticas agrícolas y de conservación, así como los sistemas agroforestales y agroecológicos.
Por último, no hay olvidar la reducción de las quemas agropecuarias, promocionar tecnologías de biodigestores para el uso sustentable de desechos animales, realizar un correcto tratamiento de aguas residuales, alcanzar la tasa cero de deforestación y mejorar la disposición final de los residuos, con la optimización en el reaprovechamiento, el reciclaje, el compostaje y la biodigestión.