México | 2024-09-24
La reciente reforma a la Guardia Nacional ha generado un debate significativo en torno a la militarización de la seguridad pública en México. A continuación, te presentamos los cinco puntos clave para entender las principales modificaciones.
Antes de la reforma, el artículo 129 de la Constitución prohibía a los militares realizar tareas civiles en tiempos de paz. Sin embargo, ahora se les permitirá participar en labores de seguridad pública e interior de manera permanente, consolidando la participación de las Fuerzas Armadas en estos ámbitos.
La reforma establece que las Fuerzas Armadas tendrán un rol permanente en la seguridad pública, permitiendo que los militares no solo actúen en situaciones excepcionales, sino que se integren a las tareas cotidianas de protección ciudadana. Esto marca un cambio en la relación entre las fuerzas civiles y militares en el país.
El artículo 21 de la Constitución también fue modificado. Ahora, la Guardia Nacional, compuesta mayoritariamente por personal militar, podrá no solo actuar en materia de seguridad pública, sino también investigar y perseguir delitos. Esto les otorga a los militares capacidades que tradicionalmente eran exclusivas de las autoridades civiles.
Con la nueva reforma, los integrantes de la Guardia Nacional estarán sujetos al fuero militar en lo que respecta a delitos relacionados con la disciplina castrense. Esto implica que, a diferencia de otras fuerzas de seguridad civiles, serán juzgados por tribunales militares si cometen infracciones en el ejercicio de sus funciones.
La Guardia Nacional, creada en 2019 como una fuerza policial de carácter civil, ha pasado a convertirse en una rama militar más, bajo el mando directo de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Esta transformación ha generado críticas debido a la pérdida de su naturaleza civil.
La reforma a la Guardia Nacional representa un cambio profundo en el sistema de seguridad pública de México, reforzando el papel de las Fuerzas Armadas en las tareas civiles de seguridad.