¡Es un milagro! Mujer con muerte cerebral abre los ojos antes de ser desconectada

Emma Price, diagnosticada con muerte cerebral, sorprende a su familia al abrir los ojos antes de ser desconectada.

Inglaterra | 2024-07-27

La tragedia golpeó a Emma Price, una mujer de 32 años de Pitsea en Essex, Reino Unido, quien sufrió lesiones cerebrales graves tras un intento de suicidio.

Los médicos, al evaluar su condición, determinaron que Emma tenía muerte cerebral y sus posibilidades de recuperación eran casi nulas.

Su familia, enfrentada a esta desgarradora realidad, se preparó para lo peor y comenzó a planificar su funeral.

Un momento inesperado de esperanza

El drama tomó un giro inesperado cuando, momentos antes de desconectarla del soporte vital, Emma abrió los ojos.

Esta acción, que parecía imposible, devolvió la esperanza a su familia y los médicos quedaron atónitos ante lo que solo pudieron describir como un milagro.

Ahora, Emma se encuentra en un lento proceso de recuperación, siendo capaz de comunicarse a través de movimientos de cabeza y pequeñas expresiones faciales.

Una reacción milagrosa y un largo camino por recorrer

Su madre, visiblemente emocionada, compartió su experiencia con el medio MyLondon: "Nunca lloré tanto en mi vida. Estamos muy felices de que esté despierta".

Las lágrimas de desesperación se transformaron en lágrimas de alegría al ver una respuesta donde solo había resignación. "Pero entonces abrió los ojos y todos empezamos a llorar de nuevo, pero esta vez eran lágrimas de alegría", añadió.

No obstante, y a pesar de este increíble avance, Emma aún necesita mucho apoyo para su recuperación.

Su familia y los médicos consideran su reacción como un auténtico milagro. "Finalmente está a punto de emprender un largo camino hacia la recuperación. Es nada menos que un milagro", dijo su madre con esperanza.

Comprendiendo la muerte cerebral

Según la UNAM, cuando ocurre una muerte cerebral, el diagnóstico es irreversible y la persona puede ser declarada muerta. Este diagnóstico debe ser realizado por especialistas como neurólogos o médicos de cuidados intensivos.

La situación de Emma desafía la comprensión médica y abre preguntas sobre los límites del conocimiento científico en estos casos extremos.

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