En el día mundial del arte conoce las pinturas más siniestras de la historia

Algunos de los pintores plasmaron sus pensamientos macabros en sus pinturas más siniestras

| 2024-04-15

El 15 de abril es conocido como el día mundial del arte y esto nos recuerda que la expresión artista puede hacernos sentir diferentes emociones entre ellas el miedo como el que producen, por ejemplos algunas de las pinturas más siniestras de la historia de la humanidad.

Al final del día el arte es el despliegue de las emociones, pero eso no excluye a las más oscuras del alma humana por lo que a través de la pintura se puede conocer una colección de imágenes aterradoras.

Un ejemplo de ello es el de Henry Fuseli, La pesadilla, 1781

El cuadro más conocido de Fuseli, La pesadilla, retrata a la perfección la fijación por lo macabro de este artista. El cuadro representa la encarnación de una pesadilla que se agazapa en el pecho de una mujer dormida, mientras la cabeza de un caballo con ojos blancos saltones aparece en la oscuridad.

La imagen tiene un sentido de erotismo demoniaco capaz de inquietar al espectador en cuanto lo ve. No hay duda de que es una de las pinturas más siniestras de la historia que mejor representa el miedo.

Otro ejemplo de ello es, "El Aquelarre" de Francisco de Goya, actualmente se encuentra en el Museo Lázaro Galdiano de Madrid, es una obra donde Goya retrata un aquelarre en medio del campo, con una bruja ofreciendo un bebé a un demonio en forma de macho cabrío. Los murciélagos que vuelan alrededor simbolizan la leyenda de las brujas chupando la sangre de los niños para obtener poderes sobrenaturales.

Goya utiliza estas obras como una crítica social para cuestionar la ignorancia y las creencias populares de la época, pero, aunque su sentido vaya en una dirección la realidad es que, lo que producen pareciera alimentar esas ideas ignorantes de las que se mofa.

Siguiendo sobre Francisco de Goya, se puede mencionar otra de sus obras, Saturno devorando a sus hijos, la cual quedó terminada alrededor de 1820.

Goya evocó el ambiente incierto que se vivía en España tras la ascensión al trono de José Bonaparte en 1808. Gracias a ello creó una serie de 14 cuadros entre 1819 y 1823, unos años después de la caída de Napoleón, que se llaman las Pinturas negras. La mayoría de ellas son motivos aterradores y bastante siniestros.

Una de estas obras es Saturno devorando a su hijo, representando un episodio de la mitología griega. Saturno, temeroso de ser derrocado por uno de sus hijos, se comía a cada uno de sus hijos después de nacer.

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