| 2024-11-12
¿Te has dado cuenta de que algunos perros y sus dueños parecen tener más que una conexión emocional? Desde expresiones hasta gestos o incluso el peinado, hay algo en la relación humano-perro que los hace parecer una especie de "pareja de dobles".
Si siempre te has hecho esa pregunta te traemos la respuesta, un estudio científico nos ayuda a entender este misterio canino: resulta que no es solo una coincidencia, ¡hay toda una explicación detrás!
La idea de que un perro puede parecerse a su dueño no es nueva, pero la ciencia ha descubierto que esto no se debe únicamente a las apariencias.
Según estudios psicológicos y de comportamiento como los realizados por Nicholas Christenfeld y Michael Roy de la Universidad de California, el parecido va más allá de lo físico y alcanza la personalidad.
Los perros tienden a "adoptar" rasgos de sus dueños y viceversa, en un intercambio de emociones y costumbres.
Algo tan simple como la forma de mirar o ciertos gestos pueden ser una de las razones detrás de esta conexión. De hecho, en el estudio, los participantes podían emparejar fotos de perros con sus dueños solo observando sus rostros.
La mirada, en especial, parece jugar un papel clave en esta semejanza, ya que muchos dueños y sus canes desarrollan miradas y expresiones similares.
Según la psicóloga Katrina Holland del equipo Dogs Trust en Reino Unido, los humanos tienden a sentirse atraídos hacia lo familiar.
Este fenómeno, conocido como "efecto de mera exposición", explica por qué inconscientemente optamos por perros que comparten características con nosotros.
Así, sin darnos cuenta, muchos eligen mascotas que parecen una extensión de su propia personalidad o apariencia. Y no solo se trata de apariencia; las personalidades de los perros y sus dueños también tienden a alinearse. Personalidades gemelas: ¿existe algo así?
Sí, y es más común de lo que parece. Según un estudio del psicólogo social William J. Chopik, los perros tienden a reflejar la personalidad de sus dueños en aspectos como la extroversión, la neuroticismo o la amabilidad.
Esto no es solo porque el dueño elige un perro afín, sino que la convivencia va moldeando a ambos. Los perros y los humanos pasan tanto tiempo juntos que acaban "contagiándose" sus reacciones y temperamentos.
Todo parece indicar que sí. Los perros no solo reconocen nuestras emociones, sino que son capaces de adaptarse a ellas. Si sienten miedo pero ven que su dueño está calmado, ellos también se calman, y este vínculo va fortaleciéndose.
La investigadora Borbála Turcsán de la Universidad de ELTE en Hungría explica que la relación entre perros y humanos se parece a la relación entre padres e hijos, donde los perros ven a sus dueños como figuras de seguridad y guía.
El vínculo humano-perro es tan fuerte que, con el tiempo, ambos se convierten en una especie de reflejo del otro. No es una coincidencia, sino el resultado de una convivencia diaria que moldea la personalidad de ambos. Así que si crees que tú y tu perro se parecen cada día más, no es imaginación, ¡es ciencia!