| 2024-07-28
¿Alguna vez te has preguntado si realmente decides lo que pides en un restaurante? Pues, puede que no tanto como piensas. Los restaurantes tienen una serie de estrategias, desde el servicio hasta el diseño del menú y la ambientación, para influir en tus elecciones y hacerte gastar más. ¡Vamos a descubrir estos secretos!
Uno de los trucos más comunes es servir el vino primero. Un estudio de 2015 publicado en la revista Obesity revela que un solo trago puede aumentar el deseo de comer.
Además, los camareros a menudo te ofrecen productos que saben que probablemente rechazarás, solo para que elijas una opción más cara pero razonable en comparación. Por ejemplo, te pueden ofrecer una segunda botella de vino para que termines pidiendo "solo una copa" más.
Iñaki Echeveste, experto en Hospitality Management, dice que los camareros son verdaderos expertos en marketing y psicología. Así que, ¡ojo con ellos!
El diseño del menú está lejos de ser aleatorio. Los estudios indican que nuestros ojos se dirigen primero a la esquina superior derecha, donde suelen estar los platos más caros. También recordamos mejor lo primero y lo último que vemos, así que estas zonas del menú están reservadas para las opciones más rentables.
El lenguaje del menú también importa. Ahora se usan descripciones concisas y específicas que apelan a la sostenibilidad y lo saludable. Por ejemplo, decir "Camarones Rojos de Palamós" suena mucho más atractivo y justifica un precio más alto que simplemente "camarones".
La presentación de los precios también juega un papel crucial. Eliminar el símbolo de la moneda y escribir los precios en letras reduce la sensación de estar gastando. Además, precios que terminan en 0,90 o 0,95 nos hacen sentir que estamos ahorrando, aunque sea solo un truco psicológico.
El ambiente del restaurante, desde la música hasta el color de las paredes, influye en nuestras decisiones. Colores vivos y cálidos como el rojo y el amarillo estimulan el apetito, mientras que el azul tiene un efecto supresor del apetito. La música también es clave puede crear una sensación de bienestar que nos anima a gastar.
El diseño de la vajilla también afecta nuestra percepción. Platos pequeños y redondos pueden hacer que una porción parezca más grande y justificar su precio. Incluso el peso de los cubiertos puede influir en cómo percibimos la calidad de la comida.
Todo esto se combina para crear una experiencia que te hace volver al restaurante y gastar más de lo que planeabas. Los restaurantes exitosos logran un equilibrio entre una buena cocina, un trato excepcional y un ambiente atractivo. Así garantizan que disfrutes tu visita y estés dispuesto a pagar más.
Entonces, la próxima vez que salgas a comer, ¡recuerda estos trucos y decide con más conocimiento! ¿O tal vez solo disfrutes de la experiencia y te dejes llevar? ¡La elección es tuya!