Estados Unidos | 2021-01-08 | Agencias
En medio de crecientes llamados a su destitución, encabezadas por la líder legislativa Nancy Pelosi, Donald Trump condenó ayer el caos desatado la víspera en el Capitolio y prometió una transferencia de poder “tranquila” a Joe Biden, quien lo acusó de desencadenar “un asalto total” contra las instituciones.
Trump, que el miércoles animó a sus seguidores a marchar hacia el Congreso para revertir su derrota electoral, difundió un video en Twitter en el que se dijo “escandalizado por la violencia” desatada, que dejó cinco personas muertas, y llamó a la “reconciliación”. En ningún momento mencionó responsabilidad alguna por los hechos.
“El Congreso ha certificado el resultado. Una nueva Administración llegará al poder el 20 de enero”, afirmó el mandatario saliente. “Este momento llama a la sanación y a la reconciliación”, dijo Trump, un día después de incitar a miles de sus seguidores a que marcharan al Capitolio para intentar interferir en el proceso de ratificación del resultado electoral.
“Mi enfoque ahora es asegurar una transición de poder tranquila, ordenada y sin problemas”, aseguró Trump, en un mensaje muy cercano a un discurso de concesión, aunque no reconoció explícitamente el triunfo de Biden.
En su mensaje, Trump admitió que su mandato está terminando, pero insistió en que estaba “totalmente en desacuerdo con el resultado de estas elecciones”. “Sé que están decepcionados, pero quiero que ustedes sepan que nuestro recorrido, tan maravilloso, solo acaba de comenzar” remató el aún mandatario.
Biden, cuya victoria fue finalmente certificada en la madrugada de ayer por el Congreso a pesar de los disturbios, describió la toma del Capitolio como “uno de los días más oscuros en la historia” del país.
“NI UN DÍA MÁS”
En el Congreso, los principales líderes demócratas —la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y el líder de la minoría del Senado, Chuck Schumer—, exhortaron al vicepresidente Mike Pence y al gabinete de Trump a invocar la enmienda 25 de la Constitución, que permite destituir a un mandatario que se considere no apto para el cargo.
“Esta es una urgencia de suma importancia”, afirmó Pelosi, acusando directamente a Trump de un “intento de golpe” de Estado.
“Lo que pasó ayer en el Capitolio de Estados Unidos fue una insurrección contra Estados Unidos, incitada por el presidente”, señaló Schumer.
“Este presidente no debería ocupar el cargo ni un día más”, agregó Schumer, quien se encamina a convertirse en el jefe de la mayoría en la Cámara alta tras el triunfo de dos demócratas en la segunda vuelta de las elecciones senatoriales de Georgia el martes.
El primer republicano en pronunciarse públicamente a favor de la destitución, el congresista Adam Kinzinger, llamó a dar este paso “por el bien” de la democracia estadunidense.
Pero a decir del diario The New York Times, citando personas cercanas al vicepresidente, Pence se opone a apelar a la enmienda 25 porque teme un aumento de las tensiones.
Pelosi y Schumer advirtieron a Pence que si no lo hace, Trump puede enfrentar un nuevo proceso de destitución en el Congreso.