Exoficial ruso admite crímenes de las fuerzas invasoras en Ucrania

El exoficial ruso fue testigo de interrogatorios y malos tratos a prisioneros ucranianos

| 2023-02-04

Un exoficial del ejército de Rusia denunció que las tropas del gobierno de Moscú llevaron a cabo interrogatorios violentos, en los que prisioneros ucranianos recibieron disparos y amenazas de violación.

El ex oficial, Konstantin Yefremov, reveló las torturas y abusos de las fuerzas invasoras rusas contra los ucranianos, en las primeras declaraciones de un militar ruso sobre los crímenes de guerra de las tropas de Vladimir Putin.

Ahora considerado un traidor y desertor del Kremlin, Yefremov habló abiertamente de los crímenes rusos en una entrevista exclusiva a la televisión pública británica BBC.

Según contó, los presos llegaron a ser torturados durante una semana “todos los días, por la noche, incluso dos veces al día”.

El 10 de febrero de 2022, Yefremov dice haber llegado a Crimea, una península ucraniana que Rusia se anexó hace nueve años. Era líder de una unidad de desminado en la 42a División de Fusilería Motorizada, usualmente destacada en Chechenia, en el Cáucaso Norte de Rusia. Él y sus hombres fueron enviados a participar en "ejercicios militares", afirma.

"En ese entonces nadie creía que habría una guerra. Todos pensaban que era solo un simulacro. Estoy seguro que ni los oficiales lo sabían".

Yefremov recuerda haber visto a las tropas rusas poniendo marcas de identificación en sus uniformes y pintando la letra “Z” en equipos y vehículos militares. En ese momento, decidió dejarlo y comunicó la decisión al comandante.


Tuvo miedo de renunciar

“Me llevó a un oficial superior que me llamó traidor y cobarde”, contó. “Dejé mi arma, me subí a un taxi y me fui. Quería volver a mi base en Chechenia y renunciar oficialmente. Entonces mis compañeros dijeron me llamó por teléfono con una advertencia. Un coronel me había prometido meterme en la cárcel hasta 10 años por deserción y había alertado a la policía”.

Yefremov dice que llamó a un abogado militar, quien le aconsejó que se devolviera a su base.

"Ahora me doy cuenta de que lo debí haber ignorado y continuar mi camino", explica, "Pero tuve miedo de que me metieran a la cárcel".

Torturas e interrogatorios

Durante la entrevista con la BBC, Yefremov recordó que sus compañeros llevaron tres prisioneros ucranianos a dónde se encontraba.

“Uno de ellos admitió ser un francotirador. Al escuchar esto, el coronel ruso perdió la cabeza. Lo golpeó, le bajó los pantalones al ucraniano y le preguntó si estaba casado. ‘Sí’, respondió el prisionero.

‘Entonces que alguien me traiga un trapeador’, dijo el coronel. "Te convertiremos en una niña y le enviaremos el video a tu esposa’”, dijo.

En otra ocasión el coronel le pidió al prisionero que nombrara a todos los nacionalistas ucranianos en su unidad.

“El ucraniano no entendió la pregunta. Respondió que los soldados eran infantería naval de las fuerzas armadas ucranianas. Por esa respuesta le sacaron algunos dientes”, aseguró el exoficial.

Además fue ese mismo superior quien les ordenó tanto a él como a sus compañeros no dar comida normal a los prisioneros, sino tan solo agua y galletas. “Tratamos de darles té caliente y cigarrillos”, confesó.

Y, para que no durmieran en el suelo desnudo, Yefremov también recordó cómo sus hombres les tiraban heno por la noche, para que nadie nos viera.

Durante otro interrogatorio, ese mismo coronel disparó a un prisionero en el brazo y en la pierna derecha debajo de la rodilla.

Después de 10 años de servicio fui denunciado como un traidor, como un desertor, sólo porque no quería matar gente", dice. "Pero estaba feliz de ser una persona libre, que no tendría que matar ni que lo mataran".

Renuncia de Konstantin Yefremov

A finales de mayo, de vuelta en Chechenia, Yefremov decidió renunciar del ejército. ¿La consecuencia? Amenazas y despido. Técnicamente no renunció, fue despedido.

Un grupo ruso de derechos humanos lo ayudó a salir de Rusia. “Pido disculpas a toda la nación ucraniana por llegar a su casa como un invitado no invitado con un arma en la mano. Gracias a Dios no lastimé a nadie, no maté a nadie. Gracias Dios, no me mataron. Ni siquiera tengo el derecho moral de pedir perdón a los ucranianos”.

.
.