México | 2022-02-22 | Agencias
Primera parte
Es la región menos explorada del planeta, aunque ocupa más del 60% de la corteza terrestre. La zona abisal, también conocida popularmente como reino abisal, es una capa del océano profundo donde se encuentran gran parte de los fondos marinos. Es un mundo donde las condiciones son extremas y que alberga, sin embargo, una gran riqueza de vida.
Científicos de ocho países llevaron a cabo el mayor análisis hasta la fecha del ADN de aguas y sedimentos en la profundidad del océano. El estudio, que fue publicado en la revista Science Advances, reveló que gran parte de las especies que viven en el reino abisal son totalmente nuevas para la ciencia.
Tres expertos españoles autores del estudio le explicaron qué es la zona abisal, cuáles son los principales hallazgos de la nueva investigación y por qué urge proteger ese mundo casi desconocido.
Ubicación
"Es la zona de los océanos que comienza a los 4.000 metros de profundidad", señaló Covadonga Orejas Saco del Valle, investigadora del Centro Oceanográfico de Gijón, perteneciente al Instituto Español de Oceanografía (CSIC).
"Se dice que es la última frontera por lo poco que conocemos de la misma. De hecho, las superficies de la Luna y de Marte están cartografiadas en su totalidad, pero solo el 20% de los fondos oceánicos han sido cartografiados hasta la fecha", agregó la experta española.
La zona abisal llega hasta los 6.000 metros, y a partir de allí comienza lo que se denomina zona hadal. Gran parte de los fondos del océano están a profundidades de unos 4.000 a 5.500 metros.
"Todavía hay en las fosas otras partes donde se puede llegar hasta los 10.000, 15.000 metros de profundidad, pero eso es simplemente un 5 o un 6% del planeta", explicó Pedro Martínez Arbizu, biólogo marino e investigador del Museo de Historia Natural Senckenberg en Alemania.
Mundo extremo
En la zona abisal la presión es muy grande. "(Hay) 500 a 600 atmósferas de presión, de 500 a 600 veces más que la presión atmosférica que tenemos en superficie", apuntó Martínez Arbizu.
Por otra parte, según explicó Orejas Saco del Valle, "las temperaturas son muy bajas (entre 2 y 3 grados) y no llega la luz".
"La fauna es variada perteneciendo a diversos grupos taxonómicos, desde organismos diminutos a diferentes especies de peces, y este estudio demuestra que es aún más diversa de lo que se pensaba", agregó la investigadora.
Puesto que no llega la luz a estas profundidades, no es posible la fotosíntesis. En la zona abisal los organismos "se alimentan solo de lo que cae de la superficie del océano en lo que nosotros llamamos la nieve marina", señaló Martínez Arbizu.
"Son restos de las algas y restos de las carcasas de los pequeños habitantes del zooplancton que van cayendo poco a poco y llegan hasta esas profundidades".
Sin embargo, solamente un 5% de lo que se produce en la superficie es lo que llega allí abajo, agregó el científico. El resto se consume en superficie o en su tránsito a través de la columna de agua.
Ramon Massana, investigador en el Institut de Ciències del Mar (CSIC) en Barcelona y especialista en ecología microbiana, explicó que los organismos que viven en los sedimentos abisales incluyen una gran variedad de animales (nemátodos, crustáceos, anélidos) y también eucariotas microbianos y procariotas: "Son especies plenamente adaptadas a estas condiciones extremas".
Los eucariontes son aquellos organismos, como las plantas y los animales -incluidos los seres humanos-, compuestos por células eucariotas, que poseen un núcleo diferenciado protegido por una membrana.
Los procariontes, en cambio, son microorganismos como las bacterias, cuyas células -procariotas- no tienen un núcleo definido y en las que el material genético está disperso en el citoplasma).
Poca información
El estudio fue el resultado de un gran esfuerzo internacional en el que se analizaron muestras obtenidas por 15 expediciones internacionales.
"Es un ecosistema de difícil acceso, por eso conocemos tan poco. Y es muy costoso llevar a cabo estas investigaciones. De ahí la importancia de aunar esfuerzos y recursos y establecer colaboraciones internacionales como la que muestra esta investigación", señaló Orejas Saco del Valle.
Martínez Arbizu explicó, por ejemplo, que para tomar una muestra con una draga a 5.000 metros de profundidad, una embarcación debe contar con un cable de más de 10 kms y hay pocos barcos que tienen esa capacidad.