México | 2020-11-24 | Agencias
Científicos han logrado por primera vez hacer una cartografía de la distribución de las 20.000 especies de abejas que existen en el planeta. El nuevo mapa global ayudará en la conservación de los insectos de los que la humanidad depende para la polinización de los cultivos, dicen investigadores de Singapur y China.
Las abejas enfrentan una enorme presión sobre el número de su población debido a la pérdida de hábitat y el uso de pesticidas. Sin embargo, se sabe poco sobre la variedad de especies que viven en todos los continentes, excepto en la Antártida: desde diminutas abejas sin aguijón hasta abejas del tamaño del pulgar de la mano.
Esenciales
Las abejas brindan servicios esenciales a nuestros ecosistemas y son los principales polinizadores de muchos de nuestros alimentos básicos. Sin embargo, hasta ahora, no hemos tenido los datos para mostrar en qué lugar del planeta se encuentran la mayoría de las especies, dice la doctora Alice Hughes, de la Academia China de Ciencias en Yunnan (China).
"Aquí combinamos millones de registros para crear los primeros mapas de la riqueza mundial de las abejas. Y entendemos por qué vemos estos patrones" -explica- "Estos mapas, y nuestro marco de referencia, pueden formar la base del trabajo futuro, permitiéndonos comprender mejor los patrones de riqueza de las abejas y garantizar que se conserven de manera efectiva en el futuro".
Algunas especies de abejas, como los abejorros, en áreas como Europa y América del Norte, están bien estudiadas. Pero en otras regiones, como gran parte de Asia y África, la documentación ha sido escasa.
Si bien queda mucho por aprender sobre lo que impulsa la diversidad de las abejas, el equipo de investigación espera que su trabajo ayude en la conservación de las abejas como polinizadoras globales.
"Al establecer una línea de base más confiable, podemos esquematizar con mayor precisión la disminución de las abejas y distinguir mejor las áreas menos adecuadas para las abejas de las áreas donde las abejas deberían prosperar, pero se han reducido por amenazas como pesticidas, pérdida del hábitat natural y el pastoreo excesivo", dice el doctor John Ascher, de la Universidad Nacional de Singapur.
¿Cómo se hizo el mapa?
Para crear el mapa, los investigadores compararon datos sobre la aparición de especies de abejas con una lista de verificación de más de 20.000 compiladas por el doctor Ascher. Esto dio una imagen más clara de cómo se distribuyen las muchas especies de abejas en el mundo.
El estudio ha confirmado que, a diferencia de otras criaturas, como aves y mamíferos, se encuentran más especies de abejas en áreas secas y templadas alejadas de los polos que en ambientes tropicales más cercanos al ecuador. Hay más en el hemisferio norte que en el sur, así como puntos críticos en partes de Estados Unidos, África y Medio Oriente.
Hay muchas menos especies de abejas en los bosques y selvas que en los ambientes desérticos porque los árboles tienden a proporcionar menos fuentes de alimento para las abejas que las plantas y las flores. La investigación se publica en la revista Current Biology.
Catástrofe
De acuerdo con Carlos Vergara, doctor en entomología y profesor de la Universidad de las Américas Puebla, cerca de las dos terceras partes de la dieta de los seres humanos provienen de plantas polinizadas por lo que, haciendo a un lado alimentos básicos como el trigo, arroz o maíz, polinizados por el viento, todos los alimentos ricos en micronutrientes dependen de las abejas.
Por ello, la seguridad nutritiva depende de la polinización, la cual es también vital para la reproducción de plantas utilizadas para alimentar al ganado y otros animales de la cadena alimentaria, así como para mantener la diversidad genética de las plantas con flores, plantas para biocombustibles, fibras y usos medicinales, así como ecosistemas.
“La falta de abejas provocaría un efecto en cascada: si no tenemos semillas no tendríamos pasto, ni flores, ni frutas, ni animales que se alimentan de frutas. Las abejas y los demás polinizadores juegan un rol fundamental en la regulación de los ecosistemas", detalla Carolina Starr, consultora sobre Biodiversidad y Servicios a los Ecosistemas de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
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