Ciudad de México | 2020-11-23 | Agencias
Toy Story es una de las franquicias más populares del cine contemporáneo, no sólo por su historia, sino también porque marcó un antes y después en el ámbito de la animación. Hoy, la primera entrega de la saga cumple 25 años. Se trata del primer largometraje creado por computadora y aunque es un clásico de la cultura popular, pudo no haber visto la luz por las diferencias iniciales entre Disney y Pixar.
El 22 de noviembre de 1995 se estrenó a nivel mundial la película que daría un salto en la historia del cine. Sin embargo, la creación audiovisual necesitó casi 15 años de desarrollo y el empeño de su director, John Lasseter, quien llegó a recibir un Óscar especial por los logros pioneros en el campo de la animación generada por computador.
Revolución
La primera inspiración para Toy Story fue la película Tron (1982), pionera en introducir la computación gráfica de manera destacada en su argumento y que asombró tanto a Lasseter que después de verla propuso a Disney un proyecto 100 % informático. La compañía permitió que el cineasta se dedicara a dar forma a esa idea, pero su presupuesto llegó a ser más costoso que el de una película de dibujos clásica y en el estudio no vieron su sentido.
Todo cambió hasta la creación de Tin Toy en 1988, un cortometraje que ganó el Óscar a Mejor Corto de Animación y que fue el preámbulo de Toy Story.
Más allá de una proeza técnica, la película de Pixar supuso un salto enorme en estilo, profundidad y temáticas de la animación. Toy Story consiguió que el público pensara en el cine de dibujos como algo que no estaba únicamente dirigido hacia los niños.
Woody y Buzz Lightyear se convirtieron en héroes que se apoyaban en un elenco de personajes perfectamente definidos y carismáticos como el dinosaurio Rex, el perro Slinky y el Sr. Cara de Papa. Desde aquella primera entrega hasta la cuarta estrenada en 2019, Disney obtenía y hasta el día de hoy sigue generando ganancias con la mercancía, principalmente con los juguetes.
Desde Woody y Buzz con sus suelas pintadas con el nombre de Andy, hasta, por increíble que parezca: Forky, el personaje tenedor de Toy Story 4. Éxito total. Fue un estilo que marcó las señas de identidad de Pixar y elevó el estatus de películas de dibujos animados como Bichos (1998), Monsters, Inc. (2001), Buscando a Nemo (2003) y las tres continuaciones de Toy Story, las cuales deben su empeño a unos animadores que, a pesar de dudar en un principio, decidieron cumplir con eso de "¡Al infinito y más allá!".