¿Recuerdas a “El Chalancito”? sigue ganándose la vida a 5 años de hacerse viral

Coatzacoalcos, Ver. | 2022-09-26

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¿Recuerdan a David, el pequeño que saltó a la fama con el apodo del Chalancito? hoy su condición de vida es similar o peor aún que cuando fue captado en redes sociales mientras ayudaba a un repartidor de la empresa Bimbo.

Han pasado cinco años, desde aquel momento que el niño cargaba las charolas de pan para surtir a una tiendita de abarrotes que se encontraba a un costado de su casa ubicada sobre la calle Quevedo 1813 de la colonia Miramar en Villa Allende.

Tras esa imagen, la vida de David dio un giro radical, ganándose el corazón de la gente que comenzaron a apoyarlo con ropa, zapatos, alimentos y hasta juguetes, pero el efecto solo duró unos cuantos meses.

 “Yo ayudaba al bimbo, acarreando las neveras de pan, me trajeron cosas, ropa, juguetes, pero luego se les olvidó, no sé cuánto tiempo pasó, pero ya no me apoyaron más”, declaró en entrevista para este medio de comunicación.

La ayuda de las autoridades fue escasa, pues nunca más le dieron seguimiento a la historia del pequeño que también conmovió a los trabajadores de la empresa Bimbo, quienes en diciembre del 2017 le organizaron una colecta de víveres para apoyar a su familia, pero todo nuevamente quedó en el olvido.

POR FALTA DE DINERO SE QUEDÓ SIN ESTUDIAR

El carisma y la alegría de David persisten como cuando tenía 5 años, actualmente no estudia, se quedó sin ingresar al quinto grado de primaria porque sus padres no lograron pagar la cuota escolar, ni mucho menos pudieron comprarle los útiles, ni el uniforme.

“Iba en la federal, no tenían para meterme a la escuela y como mi papá no traía mucho dinero, casi no había para comprar los útiles escolares, mi mamá tampoco tenía para comer, muy complicado y nadie se ha acercado otra vez”, narró.

Pese a que la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), les logró construir un cuarto para dormitorio a través del programa Calidad y Espacios para la Vivienda, el hogar del “Chalancito” sigue siendo muy humilde.

Y es que aún habitan en una casa improvisada de láminas y bolsas de plástico, enfrentando las inclemencias del tiempo que cada vez más daña lo poco que tienen, pues duermen en una sola cama sostenida por tablas y ladrillos.

QUE REGRESEN PORQUE LOS EXTRAÑO

Considerado como el alma de la casa, la nostalgia tocó el corazón del pequeño, pues las lágrimas escurrieron por las mejillas de David al recordar el cariño que mucha gente le brindó, pero que lamentablemente se apagó.

 “Ya no tengo palabras, pues que regresaran otra vez, porque a toda esa gente yo los extraño, me regalaron varias cosas, un montón” dijo con lágrimas en los ojos.

El “Chalancito” hizo a un lado los estudios para trabajar y apoyar a sus padres, convirtiéndose en vendedor de agua de coco a las afueras de una tienda comercial junto a su padrino que le paga de 30 a 50 pesos al día.

 “Me dedico a trabajar, trabajo acá por Bodega, trabajo de agua de coco, vendemos con un señor que va ser mi padrino, me pagan 20, 30 0 50, voy todos los días a las 6 de la mañana y termino a las 5 de la tarde”, comentó.

Apasionado al futbol, David sueña en convertirse en un Soldado del Ejército Mexicano, sin embargo, su madre ama de casa y su padre de oficio pescador, apenas si logran darles de comer a sus hijos.

NOS DEJARON DE APOYAR, SOLO FUERON UNOS MESES

Juana del Carmen Díaz es la madre de David, no sabe leer, ni escribir, solo se dedica a las labores del hogar, mientras que su padre el señor José Pérez Mayo, es un hombre que trabaja en la albañilería y también en la pesca.

Tienen tres hijos, uno de ellos presenta una discapacidad en la pierna, después de recibir un golpe con un balón mientras jugaba futbol en la escuela, Ramón logro ponerse de pie y camina con el apoyo de una muleta.

 “Pues nada, ya nos dejaron de apoyar, nos estaba apoyando el de bimbo pero ya dejó de venir el señor, creo que lo cambiaron de aquí, no se para donde lo mandaron, nada más nos apoyaron como cinco meses creo, le vinieron a dar cosas a él, pero de ahí ya no vinieron, quién sabe porque”, mencionó.

La familia es tan humilde que apenas si tienen para comer, cocinan a la leña, pues no tienen ni para comprar un tanque de gas.

CON LO POCO QUE TRAIGA MI MARIDO COMEMOS

La falta de un trabajo fijo ha limitado al señor José Pérez darle una vida digna a su familia, pues con lo poco que logra juntar, apenas si pueden hacer una comida al día.

“Ahí con lo que traiga mi marido, ahí comen, a veces no hay y pues no comemos, mi hijos trabajan, David vende agua de coco” expuso.

Acompañado de su gato, el “Chalancito” seguirá ganándose la vida recorriendo las calles de Villa Allende, mientras que su historia como repartidor de pan solo quedará en los recuerdos de su infancia.

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