Coatzacoalcos, Ver. | 2022-05-09 | Julio Escobar
Este 10 de mayo las madres festejarán su día consentidas por sus seres queridos, quienes las llenarán de arreglos florales, regalos sorpresas, las invitarán a cenar o les llevarán hasta serenata, sin embargo hay quienes se encuentran completamente en el olvido, marcadas por el dolor y el sufrimiento de no tener a nadie en la vida.
Doña María del Carmen Silva Muñoz es una mujer de 90 años de edad, que habita en un cuarto de renta de apenas 3 metros de ancho y 7 de largo, en un viejo edificio ubicado en calle 20 de noviembre marcado con el número 508 de la colonia Adolfo López Mateos de Coatzacoalcos, Veracruz, en donde asegura que pasará los últimos días de su vida.
Sin temor al tiempo, ni mucho menos al qué dirán, vivió una plena, llena de tropiezos, pero de pie para enfrentar las adversidades, sin saber leer, ni escribir, pero con la suficiente fuerza en los pies y las manos para ganarse el pan de cada día.
“Cuando era joven trabajaba de ayudanta porque lo malo es que yo no sé leer, me arrimaba yo donde hacían comida, no aspiré por el mañana y ahora por eso no tengo casa, no tengo nada, yo viví en los ranchos, con mis papás, con mis hermanos”, narró la abuelita.
Su hogar apenas cuenta con los servicios básicos, duerme en una cama improvisada de madera, su escasa ropa la cuelga en un tendedero al interior de su hogar, no cuenta con estufa, ni refrigerador y vive de la caridad de sus vecinos.
Se casó cuando apenas era una adolescente, pero la vida le arrebató al que consideró el amor de su vida a los 30 años de edad, aunque nunca imaginó que su matrimonio estaría inmerso en el alcoholismo y lleno de carencias.
“Me casé de señorita. Mi marido tomaba y no comía bien y murió, me quedé sola como un perro, eso sí, pobre pero no me daba mala vida, comíamos y vivíamos, ahí como mi cuñado, nunca tuvimos hijos, mi marido mandó al doctor, pero nunca concebí”, comentó.
PASARE ESTE 10 DE MAYO EN COMPAÑÍA DE JESUCRISTO
La abuelita expuso que nuca pudo concebir un hijo, pese a los remedios y atención médica la vida no le dio la oportunidad de ser madre, por lo que dijo que este 10 mayo lo pasará sola y en compañía de dios, al cual le pide que le dé salud y el sustento diario.
Doña Mari no cuenta con el payo de ningún familiar, pero los programas federales tocaron a su puerta y hoy es una de las beneficiadas de la Pensión para el Bienestar de los Adultos Mayores.
“Solamente nuestro señor Jesucristo lo sabe, yo nada más le pido vida, salud y mi sustento, eso sí, tengo muy buen apetito y nada me hace daño, tomo atole de avena, tomo lo que yo consiga, gracias a dios me alcanza el dinerito que el gobierno me da para que yo coma”, dijo.
VIVO SOLA Y ASÍ QUIERO ESTAR
Aunque las autoridades locales del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), la han visitado, la mujer ha optado por cerrarles la puerta de su hogar, pues menciono que no quiere que le lleven despensa, porque hay quienes se las quitan y nuevamente se queda sin nada.
Encerrada en cuatro paredes, permitió que esta casa editorial dialogara con ella y con un comentario robo la sonrisa de quien la fotografiaba, “no me saques muy fea”, alegría con la que prefiere seguir viendo la vida.