Deckar, el héroe anónimo; recuerda el día que iba “a volar” Minatitlán

Minatitlán | 2021-05-27 | Marthin Ruiz Urbieta

Han pasado un mes y veinte días de aquella contingencia industrial que podría haber acabado con la refinería Lázaro Cárdenas y, de paso, con toda la población de Minatitlán pero que, gracias a la oportuna intervención del jefe de guardia y de patio Deckar Israel Hernández Soto que cerró las válvulas a tiempo, se evitó lo que sería una catástrofe de impensable magnitud.

En su momento fue resaltado a nivel nacional el heroísmo de Deckar, quien ya se encuentra casi recuperado totalmente de sus quemaduras de segundo grado que sufrió en mano y brazo izquierdo, así como la mejilla del mismo lado.

El héroe, que al parecer evitó la desaparición de la ciudad, manifestó a Imagen del Golfo su profunda satisfacción por el reconocimiento que le hizo recientemente el presidente López Obrador, “y mis compañeros también”, reafirmó.

Por la secrecía que debe de guardar porque además el asunto sigue en investigación, Deckar habla reservadamente y comenta lo que recuerda de esa funesta tarde del 7 de abril, cuando se presentaron  varios estallidos en un depósito de isopentano, “por donde pasan muchas líneas de vapor”.

Se conoce que dicho producto es extremadamente inflamable y el calentamiento intenso puede producir aumento de la presión con riesgo de estallido; las mezclas vapor/aire son explosivas; y se deben evitar las llamas, las chispas, el fumar y la generación de cargas electrostáticas, entre otras medidas preventivas.

La familia, integrada por la esposa y cinco hijos, sabe que el jefe de la casa siempre se encuentra expuesto al peligro porque ya ha tenido diversas experiencias de las que afortunadamente ha salido bien librado, y él mismo recuerda que en una ocasión que hubo fuga de producto sulfhídrico, se tuvo que quitar la mascarilla para colocársela a un compañero intoxicado al que rescató de una muerte segura, aunque después él haya sufrido las consecuencias vomitivas de las que pudo recuperarse.

Aunque asegura que al momento de la contingencia industrial no sintió temor y que todo le llegó a la mente “como en cámara lenta” pensando en lo que mayormente  podría haber ocurrido, Deckar admite que actualmente acude a sesiones psiquiátricas para una total recuperación.

LO CASTIGARON OCHO DÍAS

El mismo héroe que dice “jamás me he emborrachado y jamás he tocado la droga”, comentó sobre el castigo de ocho días que le impuso la empresa, “porque determinaron que yo sabía que tenía producto esa esfera y tenía tiempísimo que no se movía… que era culpable del mantenimiento de esa esfera”, de manera que “perdí mi premio, mi incentivo, hasta que no se determine que fue accidente de trabajo; todo el año estuve sin faltar”.

“Dios me cuidó; yo soy el que se quemó y lo viví y se que Dios estuvo ahí”, concluye Deckar Israel Hernández Soto, entrevistado en su domicilio de la calle Mérida en el Playón Sur.

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