Abuso e impunidad: fantasma de 40 años que persigue a policía de Lerdo

Al igual que el joven Brando, Esteban perdió la vida a manos de la policía de Lerdo; nunca hubo castigo por el crimen, narra su hermano

| 2024-01-24

Carlos Antonio Avendaño Balderas cierra los ojos fuerte y se remite al cuerpo de su hermano Esteban que está inerte en el piso de la celda del ayuntamiento, en donde afirma que policías municipales de Lerdo de Tejada lo mataron a golpes hace 41 años.

La imagen que pensó que ya había olvidado fue revivida el viernes pasado, cuando vio a Brando de Jesús Arellano Cruz muerto de dos balazos que dispararon desde una patrulla que lo siguió hasta la casa de su abuela, para detenerlo por un motivo que después de cinco días ninguna autoridad puede explicar.

Sin conocer más que de vista a la familia de Brando, Carlos Avendaño se sumó a las protestas para exigir justicia por la muerte del joven de 27 años, pues afirma que la Policía Municipal de Lerdo de Tejada ha operado en impunidad y cometiendo abusos desde hace más de cuatro décadas, sin que ningún gobierno ponga orden en el municipio.

Cuando fue el asesinato de su hermano, Carlos tenía 20 años y a pesar de que buscó que se castigara a los responsables, el uso de la fuerza pública y las amenazas lo llevaron a callar y resignarse. Es ahora que tiene 61 años que encuentra la fortaleza para salir a la calle y exigir justicia de nuevo.

“Siento mucha furia porque esto no debe pasar en el pueblo, en lugar de cuidarnos del enemigo nos estamos cuidando de la policía, le tenemos miedo a la policía. ¿Qué clase de autoridad tenemos?”.

Casos similares

Aunque no fueron los mismos policías, sí es la misma corporación la que arrastra las acusaciones por abuso policiaco y los dos homicidios en Lerdo de Tejada.

Brando Arellano Cruz fue perseguido sin ninguna razón por elementos de la Policía Municipal cuando conducía hacía el gimnasio para hacer ejercicio, en el trayecto pudo pedir ayuda a su padre y se dirigió a la casa de su abuela en donde buscaba que las cosas se pudieran aclarar.

De acuerdo con lo que relata Delfino Arellano, maestro de telesecundaria conocido por muchas personas en Lerdo de Tejada y padre de Brando, pudo ver que su hijo se estacionó, apagó el motor de su auto e inmediatamente después una patrulla se colocó detrás de él, desde donde dispararon en dos ocasiones.

Dos balazos que habrían disparado los policías mataron a Brando. Esa misma noche del viernes 19 de enero, pobladores se reunieron en el lugar en donde retuvieron a cuatro de los cinco policías municipales que viajaban en la patrulla, con la amenaza de lincharlos.

Luego de eso los pobladores de Lerdo quemaron dos patrullas, un vehículo del DIF y parte del Palacio Municipal, mientras los padres de Brando lloraban en su cuerpo que estuvo en el automóvil donde fue asesinado más de cinco horas, hasta la llegada de policías ministeriales.

Por el caso fueron imputados por el delito de homicidio doloso en contra de Brando –quien deja a dos niños huérfanos-, cuatro policías municipales.

Por el asesinato de Esteban Avendaño Balderas, cometido el 13 de agosto de 1983, no hubo ninguna persona detenida y menos sentenciada. El entonces jefe de la Policía Municipal fue destituido de su cargo durante 15 días, afirma su hermano Carlos Avendaño.

Lo mataron a golpes

Esteban era muy conocido entre los pobladores. Trabajaba en el área de laboratorio del Ingenio San Pedro. A los 21 años, después de salir del trabajo fue por unos tragos con su hermano Carlos Antonio y cuando ya regresaban a sus casas, policías municipales los detuvieron sin explicarles el motivo.

Carlos cuenta que los golpearon en la calle hasta que se cansaron, después los trasladaron a la cárcel municipal y los golpearon nuevamente hasta que ya no tuvieron fuerzas. Su hermano amaneció muerto a lado suyo, por las heridas causadas durante la noche, pero los policías afirmaron que se había suicidado dentro de la cárcel.

El hecho provocó la indignación de los pobladores que enardecidos quemaron el palacio municipal y se lanzaron contra los policías municipales, tal y como ocurrió tras el asesinato de Brando Arellano Cruz.

Carlos Antonio afirma que el viernes pasado, cuando vio lo que estaba ocurriendo, fue como ver una fotografía de las manifestaciones que se organizaron cuando mataron a su hermano, “una muerte impune, dejó a un niño de dos años y a su esposa sin sustento”.

A pesar de que presentó la denuncia y fue llamado a declarar no hubo ninguna investigación de las autoridades y el caso fue cerrado.

En lugar de obtener justicia por el crimen, 13 de las personas que participaron en las manifestaciones de 1983 para exigir la detención de los policías municipales, fueron detenidos y exhibidos como “terroristas” por la administración del entonces gobernador Agustín Acosta Lagunes.

Después de tres meses fueron liberados, el hijo de uno de esos 13 detenidos afirmó que su padre protestó en aquel entonces porque estaban inconformes con los abusos. Como una memoria a él, se suma a las manifestaciones de justicia por el asesinato de Brando.

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