| 2024-08-20
De pronto el senador electo, Manuel Huerta Ladrón de Guevara se ha lanzado en una evidente y abierta campaña de crítica contra el gobierno en turno que termina, a poco más de tres meses que la estafeta se pase de manos y le corresponda a la gobernadora electa, Rocío Nahle García asumirla a partir del 1 de diciembre.
Pero llama la atención que el exdelegado de Bienestar, ahora se lance con todo y contra todo lo que huela a la saliente administración, justo cuando viene el relevo para el segundo piso de la Cuarta Transformación y justo cuando se va Andrés Manuel López Obrador, líder máximo del exfuncionario federal, y quien realmente es quien lo ubicó en el puesto que tuvo y que le valió para ahora ser parte del poder legislativo.
Es decir, Huerta podría sentirse huérfano dentro de la Izquierda ya que en esa lucha se debe a López Obrador y ahora tendrá que valerse por sí solo, por lo que quizá, el miedo a la soledad lo haga adoptar una estrategia que ha sido mal vista por la mayoría de los liderazgos actuales de Morena en Veracruz.
Busca el senador electo ganar reflectores para que lo volteen a ver y el mismo modus operandi que empleó hace tres años contra la saliente administración estatal para exigir espacios en el gabinete, beneficios con la dirigencia del partido y que terminó también acordando candidaturas para diputados federales.
Es decir, los ataques contra su propio gobernante, que se va, persistentes y metódicos, traen un trasfondo a todas luces. La razón primordial es que quiere "mano" en las próximas decisiones del partido para elegir candidatos a las alcaldías en Veracruz. Las cuales podría tener con algunos de los escasos adeptos que le quedan, pero puede equivocarse en sus formas de presión.
En el 2021 las críticas de Manuel Huerta fueron en el mismo tono, se percibió la confrontación con el mandatario veracruzano y entonces trascendió que uno de sus alfiles, el diputado federal por Papantla, Jaime Humberto Martínez Pardavé se presentó para decirle a Cuitláhuac García que él era el llamado a dirigir Morena y era el enviado y el gallo de Huerta, lo que le valió sacarlo con todos sus honores de Palacio de Gobierno, no sin antes llevarle un mensaje a su mentor político.
Huerta, contrario a las formas cuidadosas y respetuosas de su maestro López Obrador, quien procura a toda costa cuidar y guiar a los que están en el proyecto, a los protagonistas de la 4T como lo ha hecho en Veracruz, se ha lanzado con todo y contra todo, demeritando no solo al gobernante sino a la misma corriente a la que pertenece.
En la semana que pasó, por ejemplo, hizo sendas críticas aduciendo que no basta con un informe al Poder Legislativo, sino que "al pueblo es a quien se debe dar la cara antes de irse y explicarles los resultados de la administración de los recursos".
Y establece otra premisa que parece ser su verdadero "coco": "Será solo un mes, ya prácticamente será solo el proceso de entrega-recepción, ya es intrascendente (a quien se designe para terminar), quien llegue ya nada más debe tener cuidado de no echar a perder las cosas y de concluir bien la administración".
Al siguiente día el morenista volvió a arremeter contra su correligionario obviamente sin decirle por su nombre, al señalar que por la reconstrucción del estadio de futbol, en Boca del Río, se le haga una auditoría sobre la cantidad que se ha gastado en la construcción del inmueble y los contratos que se entregaron.
Huerta sin duda tiene el derecho a la libertad de expresión, a merced de acotar si sabe o no del tema de lo que significa el futbol en Veracruz, y derecho también a criticar al gobierno que sea y qué mejor siendo de su propio partido, si las cosas son cuestionables, pero llama la atención el verdadero trasfondo del senador electo.
Se trata de buscar hacer presión para que le permitan echar mano de las candidaturas a la alcaldía, de querer interferir en las decisiones de su partido y por supuesto, sabe que puede obtener beneficios importantes en dominar o controlar algunos municipios y en quien pueda ser el candidato que a la postre resulte ganador.
Esta estrategia para fines personales lo hacen ver mal entre sus correligionarios, está siguiendo una estrategia que no le funcionó en el 2021, y ahora pretende hacer lo mismo.
Se viste más de los colores de PAN o PRI como un opositor y critica al gobernador que se va, cuando puede no gustarle, pero ya fue invitado al gabinete de la presidenta electa, Claudia Sheinbaum. Y es obvio que por ello adelantó su informe, lo que sirvió a Huerta para soportar sus críticas.
Huerta parece repartir y tundir con garrotazos a lo tonto, cuando está visto que habrá un gobernador interino por unos dos meses, pero que ante su ceguera política se pone lanzar críticas sin ton ni son como si eso fuera devastador para el estado.
También se ha dedicado a comparar que Andrés Manuel realiza giras para agradecerle al pueblo y eso debería hacer Cuitláhuac, pero no emula a su líder máximo cuando éste acostumbra y sostiene su respaldo a los suyos, siendo un líder que guía y protege como lo ha hecho con la entidad veracruzana.
Pero el resentimiento parece ganar a Huerta y no va a defender ni a mostrar cariño sobre nadie, ni por sí mismo.
Así pues, quizá, antes de que siga desatado y desfasado el senador electo, la futura gobernadora, Rocío Nahle, ha puesto tierra de por medio.
Este lunes remató al exdelegado de Bienestar dejando en claro su percepción sobre las actitudes que el también exlíder de Morena ha manifestado: "solo puedo expresar que cada quien es responsable de sus dichos y actos. Él fue delegado federal en este sexenio y tenía relación con funcionarios y con el Gobierno del Estado".
"Lo que sí es un hecho es que en Veracruz ya inició la construcción del Primer Piso de la Transformación que el presidente Andrés Manuel López Obrador y Morena han llevado a cabo en todo el país, ese es un hecho y claro que faltan acciones que tenemos que llevar a cabo, en eso vamos a trabajar, en ser propositivos, colaborativos y sobre todo, en promover la fraternidad y unión entre todos los veracruzanos" remató.