Veracruz | 2025-05-17
Hace casi 14 años, el 20 de septiembre de 2011, la glorieta de los Voladores de Papantla en Boca del Río, Veracruz, se convirtió en un símbolo macabro de la violencia que azotaba al país. En un acto de desafío descarnado, 35 cuerpos fueron arrojados bajo el monumento que honra la cultura totonaca, a plena luz del día, en una de las zonas más concurridas y turísticas del estado. El mensaje era claro: el crimen organizado no solo operaba con impunidad, sino que tenía la osadía de exhibir su poder frente a las autoridades. A pocos metros, en un hotel cercano, se alistaba una reunión de alto nivel con presidentes de tribunales estatales y procuradores de justicia de todo México. La masacre no fue un hecho aislado; fue una afrenta directa al gobierno de Felipe Calderón a nivel federal y al de Javier Duarte en Veracruz, quienes, en plena estrategia de militarización contra el narcotráfico, fueron humillados por la magnitud del desafío.
La respuesta en aquel entonces fue tan insuficiente como desalentadora. Más allá de las declaraciones de condena y las promesas de justicia, el gobierno de Calderón intensificó la presencia militar, una medida que, lejos de resolver el problema, derivó en abusos de derechos humanos, detenciones arbitrarias y un aumento en la percepción de inseguridad. En Veracruz, el gobierno de Duarte, marcado por la corrupción y la colusión con el crimen, apenas ofreció una investigación ministerial que, se perdió en el limbo burocrático. Las víctimas, entre ellas 11 mujeres y 5 menores de edad, fueron rápidamente estigmatizadas como delincuentes por las autoridades, una estrategia para desviar la atención de su propia incapacidad.
El pasado 14 de mayo, casi 14 años después, la sentencia de 70 años de prisión a Víctor Hugo "N" por el homicidio de 65 personas, incluyendo los 35 cuerpos abandonados en la glorieta, representa un atisbo de justicia, aunque tardío. Este fallo es un paso hacia la rendición de cuentas, pero no borra la memoria de una década de omisiones ni el dolor de las familias que, como señala Leticia, nunca encontraron claridad sobre lo sucedido. La condena llega en un contexto donde Veracruz sigue siendo un polvorín al qu solo le falta una chispa para incendiarse, como lo demuestra el reciente asesinato de dos elementos de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) de la Fiscalía General de la República el 12 de mayo de 2025 en Boca del Río.
La reacción a este último hecho marca un contraste significativo con la tibia respuesta de 2011. El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, no solo prometió justicia, sino que respaldó sus palabras con hechos: 500 elementos de la AIC fueron desplegados en la zona conurbada de Veracruz-Boca del Río para realizar operativos de seguridad. Este "manotazo" de García Harfuch no solo es una muestra de firmeza, sino un mensaje contundente que cuestiona la eficacia de las políticas de seguridad pública locales, que han permitido que la violencia persista en la región. A diferencia de la militarización de Calderón, que se tradujo en excesos y pocos resultados, la estrategia de García Harfuch, que goza de la confianza de la presidenta Claudia Sheinbaum, parece buscar precisión y resultados tangibles, aunque el tiempo dirá si logra desmantelar las redes que siguen operando con descaro.
La glorieta de los Voladores de Papantla, hoy despojada de su monumento debido a su deterioro, permanece como un recordatorio de la deuda histórica con las víctimas de la violencia en México. La sentencia a Víctor Hugo "N" y la respuesta de García Harfuch son señales de que el Estado puede, aunque sea lentamente, intentar corregir el rumbo. Sin embargo, mientras la impunidad siga siendo la norma y las autoridades locales de instituciones claves, como la Fiscalía General del Estado, no asuman su responsabilidad, el eco de aquellos 35 cuerpos seguirá resonando como un grito de justicia que aún no encuentra respuesta plena. Veracruz, y México entero, merecen más que gestos tardíos; merecen un futuro donde la vida no sea un trofeo del crimen organizado.
X: @VíctorToriz
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