La destrucción de un país

Francisco J. Ávila Camberos

Veracruz | 2021-04-24 | Francisco J. Ávila Camberos

La destrucción de una nación puede lograrse desde afuera cuando es sitiada, combatida y enfrentada por enemigos más poderosos y mejor organizados.

Esto se facilita más cuando existe indiferencia y desunión entre sus habitantes y surge la perversa traición de otros. Así, el proceso de aniquilamiento es más rápido.

Sin embargo hay otra manera más sencilla de acabar con un país sin hacerle la guerra.

Esto se consigue usando el eficaz método del gradualismo, es decir, de ir haciendo cambios radicales de manera lenta y sutil; sin que la mayoría de los ciudadanos se den cuenta, para ir destruyendo a la nación desde adentro, horadando sus murallas defensivas y socavando sus cimientos.

Esto sucede cuando llega a gobernar un grupo radical que atendiendo directrices ajenas a los intereses nacionales, ofrece apoyar a los pobres destruyendo a quienes considera ricos; siendo que muchos de los impulsores de estas medidas tan radicales tienen con frecuencia más dinero que quienes lo ganaron honradamente con su esfuerzo, ahorro y trabajo.

Con medidas tan arbitrarias, poco a poco los nuevos gobernantes arruinan la economía del país, empezando con las empresas generadoras de empleo, atosigándolas con regulaciones exageradas y en muchos casos con confiscaciones directas o disfrazadas

También, ahuyentando la inversión extranjera al desconocer tratados internacionales ya firmados, combatiendo el libre mercado y suprimiendo la libre competencia; aumentando los impuestos, permitiendo la violencia y azuzando a unos contra otros, siguiendo la perversa idea de divide y vencerás.

Cuando ese grupo radical llega al poder a través de las urnas, lo primero que hace es cambiar las leyes para adecuarlas a sus propósitos y así perpetuarse indefinidamente en los mandos y controles del país.

Aunque dicen apoyar a los pobres, con sus acciones terminan generando mayor pobreza. Esto les conviene. Las personas que carecen de lo necesario estarán dispuestas a hacer lo que sea con tal de conseguir alimentos para sobrevivir.

Si el poder Legislativo les estorba, simplemente lo disuelven, creando una Asamblea Constituyente que diseña y cambia la Constitución de acuerdo con los particulares intereses y puntos de vista de los nuevos gobernantes.

También formando redes clientelares de personas que reciben apoyos gubernamentales primero y posteriormente tarjetas de racionamiento, para que ante la escasez de alimentos estén  controladas y puedan manipularse por hambre.

Para continuar con su obra destructora, sustituyen la cultura y la educación de calidad por la ideología, adoctrinando así a las futuras generaciones para tenerlas incondicionalmente a su servicio.

Si los medios de comunicación les estorban, los aniquilan acosándolos primero, ahuyentando a sus anunciantes después y si no ceden, clausurándolos más tarde.

Si la ciudadanía protesta, le echan encima grupos de choque perfectamente entrenados y pagados por el propio gobierno.

Por eso mismo, al llegar al poder desmontan las instituciones democráticas, las cuales a pesar de sus deficiencias, son las que les permitieron ganar las elecciones y le dieron certidumbre jurídica a la nación.

Ante el caos que provocan, la gente que puede huye despavorida del país.

Esto ya pasó en Venezuela. Son millones de venezolanos los que por necesidad tuvieron que salir corriendo a Colombia, Ecuador, Perú y a otras naciones, incluyendo los Estados Unidos y México.

No queremos que por apáticos y desunidos nos vaya a pasar lo mismo.

No les parece a Ustedes?.

Muchas gracias y buen fin de semana.

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