Veracruz | 2022-05-28 | Francisco J. Ávila Camberos
Inmersos como estamos en tratar de solucionar a nuestros problemas cotidianos tales como inseguridad, crisis económica, pobreza, falta de oportunidades y un estado de derecho prendido con alfileres, además de las ocurrencias frecuentes de algunos gobernantes; no estamos poniendo suficiente atención en un problema que de agravarse, pondrá en jaque a ciudadanos y autoridades en el corto plazo.
El cambio climático está provocando modificaciones sustanciales en las estaciones del año. Sequías prolongadas que afectan cultivos y secan ríos y lagunas, produciendo severa escasez del vital líquido en algunas zonas del país, mientras que en otras caen lluvias torrenciales que arrasan con lo que encuentran a su paso afectando la agricultura y poniendo en jaque a quienes viven en las márgenes de los ríos.
La prolongada sequía de este año ha ocasionado racionamiento y tandeo del agua en ciudades importantes donde no hasta no hace mucho ésta abundaba. El crecimiento acelerado de la población, la tala inmoderada de nuestros bosques, la erosión de la tierra, el desperdicio constante de agua en actividades donde ésta podría reciclarse y utilizarse; así como la falta o ausencia total de un tratamiento apropiado del agua que se descarga al drenaje, cuando ésta podría ser utilizada al menos en riego de parques y jardines, es arrojada sin miramientos al mar y a los ríos en forma directa y prácticamente cruda, generando mayor contaminación.
Dada la abundancia de agua que teníamos hasta hace poco, nos ha faltado sensibilidad para entender la importancia de ésta en la vida humana. Han bastado unos cuántos días en que en no hemos tenido agua en nuestras casas, para dimensionar el caos social, económico y político que se provocaría si la sequía se recrudece y nos llega a faltar el agua durante varias semanas.
Los pozos de donde ésta se extrae para compensar la que no suministran los ríos al quedar secos, se acabará pronto si los acuíferos no se recargan. En pozos cercanos al mar existe el riesgo de que la presión del agua salada haga que ésta termine por invadir los acuíferos de agua dulce dejándolos inservibles.
Millones de metros cúbicos de agua de lluvia van a dar a los colectores pluviales de las ciudades sin aprovecharse y también un volumen similar es vertido en los drenajes sanitarios sin ser tratada para volver a utilizarse.
En la CD de México se gastan miles de millones de pesos en bombear y llevar agua para atender las necesidades humanas y se gastan también miles de millones en bombeo para sacar del Valle de México las aguas negras y las de lluvia.
Mientras tanto, los políticos tradicionales empeñados en mantener su popularidad en las encuestas y en regalar dinero a manos llenas, ante este grave problema voltean para otro lado por ignorancia, comodidad y falta de visión, mientras que también gran parte de la ciudadanía duerme el sueño de los justos y no se preocupa por cuidar el agua ni exigir que esto se solucione de raíz y de inmediato.
Existía en Veracruz y la zona conurbada un cargo en el recibo del agua para reforestar el Pico de Orizaba y de esa manera conservar esa llamada fábrica de agua.
¿Qué pasó con el fondo. Dónde quedó el dinero. Qué tanto logró hacerse. De qué tamaño es la magnitud del problema, cómo podemos hacerle para resolverlo entre todos?.
Cruzados de brazos y confiando en que las cosas se resuelvan por sí solas no nos conducirá a nada, excepto al caos. Todavía estamos a tiempo de atender el problema con decisión, firmeza y agilidad, antes de que el destino nos alcance.
¿No les parece a Ustedes?
Muchas gracias y buen fin de semana.