Veracruz | 2023-04-13
A Ignacio Ovalle y a Francisco Garduño los aprecia mucho el presidente López Obrador, pero al exdirector de Segalmex, donde hasta ahora se han detectado desvíos por más de 15 mil millones de pesos –el doble de las malversaciones documentadas en la llamada “Estafa Maestra” que marcó a la corrupta administración priista del expresidente Enrique Peña Nieto–, lo tiene bien resguardado en la Secretaría de Gobernación como coordinador del Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal, mientras que al todavía titular del Instituto Nacional de Migración (INM) la Fiscalía General de la República (FGR) le acaba de abrir una investigación por su presunta responsabilidad sobre la tragedia ocurrida hace 17 días en la estación migratoria de Ciudad Juárez, Chihuahua, en la que un incendio causó la muerte de 40 migrantes, la mayoría centroamericanos.
A los dos los ha defendido públicamente. De Ovalle, su primer jefe en 1976, quien como director del Instituto Nacional Indigenista lo nombró su delegado en Tabasco, dijo la semana antepasada en su conferencia mañanera de Palacio Nacional: “Yo tengo una opinión de él buena. Lo considero una gente con principios, gente honesta, no lo considero una persona corrupta, yo siento que a él lo traicionaron”. Incluso aseguró que el exdirector de Segalmex fue engañado por “gente que venía de tiempo atrás con él, que se echó a perder, del antiguo régimen y él les dio entrada”.
Sin embargo, el mandatario federal expresó que si Ovalle Fernández “también resulta que tiene responsabilidad, él tiene que asumirla. Cero corrupción y cero impunidad, ni a mis hermanos, ni a mis hijos; a mí me eligieron para representar al pueblo de México y no permitir la corrupción”, subrayó.
De Garduño Yáñez, un guanajuatense que conoció en la década de los noventa recién fundado el PRD por Cuauhtémoc Cárdenas, y quien posteriormente fue su colaborador en el gobierno de la Ciudad de México (2000-2005), comentó ayer, al confirmar la investigación de la FGR en su contra, que “es bueno su trabajo en general, siempre ha tenido un buen desempeño, lo conozco desde hace muchos años”.
“Es una gente recta, trabajadora, pero ahora sucede esta desgracia y el criterio de nosotros, lo que he fijado como conducta, es no proteger a nadie si está de por medio la posibilidad de que hayan cometido una irregularidad o un delito. No protejo a nadie”, remarcó.
Y es que, evidentemente, el caso de Garduño es política y mediáticamente mucho más estridente por la muerte de 40 migrantes, por lo que ante el fuerte reclamo de gobiernos como el de la República de El Salvador, ha anunciado que posiblemente sustituya al INM por una Coordinación de Migración y Extranjería.
Sin embargo, todo parece apuntar que, al igual que Ovalle, tampoco sacrificará a Garduño, cuya renuncia ni siquiera le ha pedido a pesar de las presiones internas y externas. La investigación de la FGR seguramente terminará exculpándolo, dándole carpetazo antes de que concluya este sexenio, tal como ocurrió también con la indagatoria en contra de su hermano Pío López Obrador.