| 2021-11-04 | Norberto Garcia
Seguro que desde que amanece tu cerebro está corriendo, pensando en pendientes, trabajo, quehaceres, familia, hijos, pareja, amigos, proyectos, citas. Todo un caos circula por tu nube de almacenamiento, un hervidero de neuronas, impulsos que de momento no saben si conectar o saltar.
Tu mente, trabajando incluso sábados, domingos y días feriados.
Es momento de darle un respiro pues es una onda expansiva encerrada en una olla exprés…que si no se libera, puede explotar.
“Las personas que se abarrotan de quehaceres y compromisos, están estancados en un ‘yo’ rutinario de responsabilidades, obligaciones autoimpuestas y control sobre ‘sus 24 horas’; sobrepeso mental. Pero ese control puede descontrolarse y estrellarse en una barda sin contención si no le damos un descanso al chofer: el cerebro. Yo les digo a mis pacientes: ‘No pienses que el control es igual a supervivencia; sobrevivirás aunque la cama no esté tendida… Permítete una vez a la semana holgazanear, levantarte tarde, no ir a ese compromiso laboral o familiar’. En mis terapias de este tipo incluyo las siguientes preguntas, explica Déniz Coca del Pilar, psicóloga social del Instituto Nacional de Psiquiatría.
Para, libera y fortalece
Es un tema de salud que de vez en cuando te des un respiro de vida y se lo ofrezcas a tu cerebro. Haz tus quehaceres, acude a tu compromiso, convive con tu familia, pero haz un alto. No es necesario ir a terapia para que un especialista te anote descansos, si el sentido común te dice que pares, ve de paseo, escucha música, golpea un costal, arroja una taza, toma un curso de Yoga o meditación.
“¿Ya viste el parque que está a unos pasos de tu casa? Ve a él, siéntate en una banca y deja que tu mente respire media hora de árboles, es de vital importancia que se oxigene y halle calma, quietud. Comienza por un rato a botar los pendientes, posponer quehaceres, arrojar al cesto los inventarios.
Tu mente se relaja al contacto de la naturaleza, el pasto, una fuente, el ruido, la gente misma que va y viene. El simple hecho de caminar y sentir la energía de la tierra, es una meditación rítmica que te ayuda a escucharte cuando piensas, cuando decides tomar un camino o una salida. Tienes un plan que cumplir sí, pero quien te llevará a ella será tu mente, y si ésta no está lo más fresca y respirada, tendrás traspiés y malas noticias.
Tus pendientes y quehaceres estarán ahí cuando regreses del reposo mental”, indica la doctora Déniz Coca.
Haz todo lo que tengas que hacer, sí, pero adelgaza tu mente, vacía un poco este contenedor, seguro habrá trapos que ya están muy gastados de tanto lavarlos.
Tómate 5 minutos de descanso, tu cerebro agradecerá el gesto con una excelente idea.