| 2021-08-05 | Anayda Gutierrez
¿Qué tiene que ver un semáforo con la gratitud y la felicidad? El parar, mirar y luego seguir, resulta una metáfora bien interesante de lo que se recomienda sea una práctica sanadora que nos ancla al momento presente. El hermano David Steindl-Rast, un psicólogo, antropólogo, monje y maestro espiritual de la fundación @vivir.agradecidos, desarrolló esta práctica muy sencilla y poderosa
Viviendo a lo zombi
Y es que, a veces el ruido externo nos abruma, nos sentimos aturdidos por el ritmo agotador de nuestros días y pareciera que estamos estancados bajo una misma situación una y otra vez sin encontrarle salida. Nos convertimos en zombis que vagamos por la vida sin encontrarle sentido. Perdemos contacto con nuestra esencia y con ello nos desviamos de nuestro verdadero propósito.
Y para eso, la gratitud es una gran maestra de vida, porque nos ayuda a encontrar de nuevo a ese yo espiritual perdido entre placebos materiales que no lo satisfacen. Es allí donde entran los hábitos de bienestar, esos que debemos recuperar y desarrollar para no sucumbir ante las situaciones de conflicto que se nos presenten.
Entonces, la gratitud es una manera de sentirnos mejor y más conscientes. Pero más allá de eso, ¿de qué se trata esta práctica y cómo convertirla en un hábito desde lo factible?
¿Cómo? Como nos indica el semáforo.
Verás. Cuando nos sentimos estresados, enojados, tristes, ansiosos, apesadumbrados, podemos probar estos pasos:
1.PARA: tenemos que crear “señales de parada” en nuestras vidas que generen pausa y quietud. Tómate un momento para reflexionar ¿dónde podrías crear una señal de alto en tu vida para agradecer? ¿Qué señal utilizarías como recordatorio?
2. MIRA: ten curiosidad por tu propia experiencia, ¿qué ves? ¿Qué oyes? ¿Qué sientes? ¿Por cuál sentimiento o persona puedes experimentar un sentimiento de gratitud? No necesitas fabricar nada, y si está ocurriendo algo complejo no necesitas hacer nada para intentar cambiarlo. Recuerda que vives, respiras y lo más importante, no hay ningún momento exactamente igual a este, así que disfrútalo a plenitud.
3. SIGUE: ¿qué puedes hacer en este momento? Aunque no lo creas, vivir es un arte que se aprende en el camino, y lo más importante es disfrutar el proceso. Entonces, ¿cómo puedes hacerlo más valioso para ti o para los demás? Hazte estas preguntas y espera pacientemente una respuesta. Cuando la recibas, hazla si tu intuición así te lo dicta. Es un primer paso para reconocer las bondades de tu mundo exterior.
Recuerda que, en palabras del maestro David Steindl-Rast: “No es la felicidad la que nos hace agradecidos. Es el agradecimiento lo que nos hace felices”.
Entonces, ¿quieres ser más feliz?
¡Practica el agradecimiento!