| 2021-06-17 | Alejandro Quijano
¿Eres una persona mañanera, que fácilmente se levanta al sonar su alarma y con energía para iniciar el día? ¿O eres una persona nocturna, que siente su nivel máximo de energía en la tarde-noche y que busca constantemente “dormir 5 minutos más”? Hay estudios que comprueban que el ser una persona nocturna –viviendo en una sociedad mañanera– los riesgos de padecer depresión, ansiedad y otras condiciones mentales incrementan.
Todas las personas tenemos un reloj biológico. Sin importar nuestros horarios laborales, estudiantiles y/o sociales, no podemos ir en contra de los momentos en los que nuestro cuerpo se siente con energía o que debe descansar. Y si bien es un hecho que podemos modificar el reloj biológico, para hacerlo debemos conocer las razones y beneficios por los cuales querríamos hacerlo.
Aquellas personas que cambian constantemente sus horarios de sueño, así como quienes rolan turnos, tienen la mayor probabilidad de sufrir alguna condición mental. Por otro lado, quienes tienen un horario fijo –principalmente que comiencen su día alrededor de las 5-6AM– cuentan con una mejor capacidad para lidiar con las situaciones estresantes del día a día. Uno de los factores que se identificaron para explicar este fenómeno es la temprana exposición a la luz del día.
Si queremos sentirnos mejor, contar con una mejor capacidad para lidiar con toda circunstancia y reducir nuestro riesgo de reducir depresión o ansiedad, comencemos a prestarle atención a nuestro reloj biológico e ir haciendo poco a poco ajustes que se adapten a nuestro ritmo:
Programar alarmas para ir a dormir y levantarnos más temprano.
Dejar preparado lo que usarás en la mañana desde una noche antes.
Apagar los electrónicos media hora antes de nuestra hora objetivo.
Estas son acciones que nos pueden ayudar.