| 2022-03-10 | Norberto Garcia
La tristeza nos llega a todos por igual; en menor o mayor grado, a veces se prolonga o es pasajera, pero nadie está exento de padecerla. Sin embargo, cuando ya es constante, va y viene de modo repetido y la persona la ve como parte de su vida, algo “normal”, entonces hablamos de un trastorno del estado de ánimo que se llama distimia o depresión leve persistente.
Generalmente, surge sin motivos aparentes, quien la sufre va de la tristeza habitual a las lágrimas más amargas, con un vacío y sensación de que algo le falta. A veces, pierde el interés en sus actividades cotidianas, se aísla y encierra en una burbuja donde no hay colores en su vida, solo blanco y negro, y este último predomina en improductividad y baja autoestima… Que si no se atiende, abre una espiral de otros trastornos como depresión severa, ansiedad, angustia, pensamientos suicidas.
¿Por qué aparece?
Las razones son tantas, y solo un diagnóstico médico las establece para de ahí partir, pero generalmente la distimia sucede por la pérdida de un ser muy querido, una ruptura sentimental, los años que se fueron sin culminar proyectos, acoso y estrés en un ambiente laboral o familiar. Aunque también está el factor genético, donde la serotonina (hormona de la felicidad) y la dopamina circulan en bajos números y hace que uno sienta esa nostalgia que parece estar presente en todo memento, no importa lo que hagas.
¿Qué hacer?
Quizás te cierres, pero identifícalo para que de ahí comiences a generar salidas, las cuales incluyen especialistas, evaluación sicológica, terapia y de ser necesario, fármacos. La idea es que no tienes que vivir triste por siempre, hay muchos caminos que puedes explorar para vivir feliz y plenamente.
¿Sabías que…?
El término dysthymia es atribuido a James Kocsis en los años 70, también llamada “