La gratitud: Una práctica que cotiza en la bolsa

| 2021-07-29 | Anayda Gutierrez

Muchas veces nos sentimos insatisfechos, quejumbrosos o vivimos situaciones que desafían nuestra estabilidad y nos acercan a nuestra vulnerabilidad. Por eso resulta contraintuitivo pensar en expresar gratitud por las cosas positivas que tenemos.

Puede que tampoco sepamos cómo expresarla, o sencillamente no la sintamos de forma espontánea. Sin embargo, la gratitud es una práctica que podemos cultivar y entrenar poco a poco, ya que nos ayuda a fortalecer la atención plena en nosotros y en lo que nos rodea, poniendo en perspectiva todo eso que nos abruma.

¿Por dónde empiezo?

Puedes comenzar practicando la gratitud con pequeños ejercicios cotidianos e intencionales.

Por ejemplo, prueba mirarte cada mañana frente al espejo y repetirte esto como si fuera un mantra matutino:

¨Hoy practicaré la gratitud. Entrenaré la gratitud aunque me sienta sin ánimos. Practicaré la gratitud a pesar de las distracciones. Estaré siempre en gratitud¨

Y así comienza la cadena del agradecimiento.

También puedes agradecer a las personas que están o estuvieron en tu vida, a quien quieras. A un ser supremo, a la vida, al universo por tu existencia en este plano. También puedes agradecer retroactivamente cuando reconozcas haber tenido una actitud pesada con los demás o haber estado de mal genio con los otros, agradece el que hayan sido comprensivos contigo y haberte tenido paciencia en ese momento. 

 

La constancia es clave

En momentos de gran ansiedad o tensión, agradece, cuando estés irritable, con rabia, agradece. En definitiva, la gratitud es una práctica diaria y cotidiana que nos genera felicidad. Nos hace bien, y además hace que se acreciente nuestra conciencia.

Para finalizar te propongo este sencillo ejercicio:

Coloca post-it o notitas en el refri, en el clóset o en cualquier parte de tu casa, notas en tu móvil que te sirvan para recordar agradecer
por lo que tienes hoy en tu vida e incluso por quién eres.

Poco a poco, verás que eso que te parecía forzado comienza a convertirse en una práctica fluida, que genera bienestar y que crea muchas más cosas por las cuales agradecer. Atrévete a expresar naturalmente las gracias e irás descubriendo y ampliando la mirada de ti mismo o misma, los otros y de la vida

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