| 2021-02-11 | Alejandro Quijano
Algo que toda persona experimentará en su vida es el impacto de los cambios generacionales que se viven en nuestra cultura y sociedad. Actualmente, existen cuatro generaciones habitando el planeta: los baby boomers (nacidos entre 1946 y 1964), la generación X (nacidos entre 1965 y 1979), la generación Y o millennials (nacidos entre 1980 y 1999) y la generación Z (nacidos a partir del 2000). De todas las generaciones que han existido previamente, hay un motivo por el cual la brecha generacional es más grande de lo que jamás lo había sido: el internet.
Hasta hace tan solo algunas décadas, la única referencia que las personas tenían para entender al resto del mundo, eran a las personas de su propia comunidad. Para ampliar los horizontes era necesario salir del lugar en el que alguien se había criado, y esto no le era posible a cualquiera. Pero ahora, no se necesita de nada más que una conexión a internet para investigar y saber cómo están haciendo las cosas los demás. Y no solo se ha incrementado exponencialmente la cantidad de información a la que una persona tiene acceso. También, se ha transformado la forma de hacer muchas cosas que, por varios siglos, se hicieron de la misma manera.
Es importante entender las condiciones que han predominado en cada generación para lograr generar empatía y comprensión hacia los demás. A algunos boomers les puede parecer impropia la forma de relacionarse de los millennials –a través redes sociales–, mientras que la generación Z puede criticar el estilo de vida reservado de la generación X, quienes no acostumbran a compartir mucho de su vida privada en las redes. Sin importar de qué generación seamos parte, es un hecho que todos y todas compartimos el mismo planeta, y por eso es importante conocernos, para así lograr comprendernos.
Los mayores cambios generacionales
Muchas cosas han cambiado en los últimos 80 años. La mayoría de los baby boomers se criaron en un entorno donde la autoridad del padre de familia era incuestionable. Las distintas formas de expresión e individualidad, como la vestimenta o la carrera profesional que se eligiera, dependían en gran medida de lo que los padres opinaran. Actualmente, los hijos de los boomers o de la generación X oponen una gran resistencia a la tendencia que perduró por cientos de años, en donde las decisiones casi siempre debían tomarse tras la aprobación de los padres. En una sociedad globalizada, la exigencia de libertad y autonomía solo puede seguir incrementando.
De la misma manera, la tolerancia a los abusos de autoridad de cualquier índole ha disminuido. Las acciones de toda figura de autoridad, por lo general, no se cuestionaban por respeto a sus cargos. Pero como ahora existe la posibilidad de denunciar cualquier abuso en todo momento, contando con el respaldo de millones de usuarios en internet, ya nada se pasa por alto, sin importar de quién se esté hablando. Hemos visto cómo grandes magnates de la industria del entretenimiento han perdido su poder y sus puestos gracias a las denuncias que por muchos años se callaron, pero que las nuevas generaciones incitan y promueven.
Las consecuencias
Temas tan delicados como una violación o comportamientos racistas solo se manejaban con la más alta confidencialidad; el internet le puso un alto a eso. Aunque no todo es miel sobre hojuelas: otra de las cosas a las que le está poniendo alto es a la paciencia. La generación Z nació acostumbrada a todas las facilidades que da el internet. Una persona solía esperar largos periodos de tiempo para que la revista o el disco musical que quería estuviera disponible. Hoy, en cuanto algo es subido a la web, se puede acceder a ello desde prácticamente cualquier lugar, en cualquier momento.
Asimismo, las nuevas generaciones pueden llegar a sentir que pueden reemplazar a las personas en su vida con la misma facilidad con la que encuentran su música favorita. Según estudios, la generación Z es la que más sola se siente, seguida por la Y, la X, y finalmente, los boomers. Para relacionarse entre ellas, las personas debían pasar tiempo conociéndose presencialmente ya que no había otra forma de hacerlo. Los millennials pueden entrar a una aplicación, ver un catálogo de personas, seleccionar con cuáles relacionarse, y en el momento en el que decidan ya no seguir con la conversación, simplemente bloquean el perfil y pasan al siguiente.
En conclusión
No se trata de discutir si una generación es mejor que otra porque, claramente, todas tienen sus pros y sus contras. Tal vez, a una mujer baby boomer le ayude a entender mejor a una persona no binaria de la generación Z el conocer que nació en un contexto de libertades sin precedentes. Probablemente, a un millennial le sirva saber que un hombre de la generación X actúa de la forma en la que lo hace puesto que durante su juventud, debió renunciar a lo que le hacía feliz porque su familia no se lo permitía.
Al final del día, no debemos prestar atención a nuestras diferencias, sino a nuestras similitudes. Todos hacemos lo que podemos con las herramientas que tenemos a cada momento, y algo para lo que también se está acabando la tolerancia es el juicio. Estamos, como sociedad, comprendiendo que todos somos diferentes y tenemos formas únicas de expresar estas diferencias. Así tengamos 60, 40 o 20 años, somos iguales en el sentido de que buscamos nuestra felicidad en un mundo tan cambiante y diverso.