| 2021-11-25 | Rosa Martínez
Cuando a pesar de la rutina nos detenemos para apreciar lo bueno que nos rodea, podemos llegar a sentirnos más optimistas y productivos. Por mal que ande todo, siempre hay algo positivo que podemos agradecer. Muchas veces son cosas simples, que damos por hecho, pero que, si nos faltaran, serían un gran problema. Por ejemplo, alguno de nuestros sentidos, el espacio donde vivimos, o las personas que dan sentido a nuestra vida.
Practicar la gratitud de forma consciente nos ayuda a fortalecer la atención plena en nosotros y en lo que nos rodea, poniendo en perspectiva todo eso que nos abruma.
Aquí algunas ideas de cómo tener una práctica de gratitud.
1. Toma un minuto cada mañana, y da las gracias por despertar y todo lo bueno que hay en tu vida. Notarás que esto impactará tu estado de ánimo el resto del día.
2. Cuando le agradezcas a alguien que te ayudó, hazlo de manera consciente. Haz contacto visual, regálales una sonrisa. Piensa que tienes la fortuna de que alguien hizo algo por ti, en lugar de asumirlo como un deber o algo mecánico
3. Termina tu día, agradeciendo por tres cosas positivas que te hayan pasado. Incluso puedes crear un diario de gratitud. Por sencillas o pequeñas que parezcan, lograrán balancear cualquier dificultad que hayas podido experimentar.
4. Redirige tus pensamientos negativos, recordando todas las bondades que hay en tu vida y que ya has identificado en tus ejercicios de gratitud. Todas y todos tenemos momentos difíciles, es parte de la vida, pero todo es más llevadero cuando notamos que no todo es negativo a nuestro alrededor.
Con estas pequeñas acciones aprenderás a apreciar mejor tu vida y sintiéndote más feliz y a gusto contigo y con todo eso que te rodea y que antes no notabas.