| 2022-06-09
Del latín bene y estare (bien estar), que significa estar en buen estado, la palabra bienestar contempla calidad de vida, buen estado de salud física, emocional y psicológica, así como estados de satisfacción, plenitud, goce y sentido de vida.
Para muchos, el bienestar tiene que ver con la felicidad y con la frecuencia e intensidad de las emociones positivas, pero mucho cuidado con esto. Porque la felicidad vista de esa forma, no es más que una percepción subjetiva impuesta socialmente.
Se nos ha educado para creer que el bienestar tiene que ver solamente con la satisfacción de deseos y anhelos positivos, o con la posesión de ciertos bienes materiales o ideas cuantificables. Es lo que en la filosofía griega se ha estudiado ampliamente como hedonismo, cuyo objetivo se centra en los individuos que solo satisfacen su idea de bienestar con respecto a la mayor cantidad de placer experimentado.
¿Cuál es el problema de esto? Que cuando colocamos estos objetos de deseo por delante, nos volvemos presos de nuestras dependencias y ambiciones materiales y no podemos lidiar con la sensación de infelicidad que nos trae el no ver nuestras expectativas cumplidas.
El verdadero bienestar llega entonces cuando comprendemos que la satisfacción personal es un recorrido íntimo, único y diferente para cada quien.
No existen parámetros de evaluación para determinar el éxito o fracaso. Y las únicas valoraciones que podemos hacer deben partir desde nuestro interior. Es tu sentido de autodeterminación el que rige el camino. Es un viaje largo, y solo tú eres la brújula en ese camino.