6 formas para detener los pensamientos perjudiciales

| 2020-11-26 | Jessica Gingles

La psicología moderna utiliza el término "rumiar" para describir ese comportamiento en el que encapsulamos un pensamiento y lo revisitamos a cada momento. Rumiar es lo que hace el ganado cuando se alimenta. Toma su comida, la mastica, la traga, y luego la regurgita para continuar masticándola. Algo así como lo que hacemos con pensamientos, ideas y frustraciones que no logramos resolver o que resolvimos de una forma que no nos satisfizo y se queda enganchado a nuestra mente. Lo preocupante es que cuando rumiamos, activamos la respuesta de estrés en todo nuestro cuerpo.

1) Haz una bitácora de las veces en las que notas que tu mente se desenfoca y se pone a rumiar.
2) Define una hora específica en la cual te vas a desconectar del trabajo. Sé muy estricto con esta regla. Programa una alarma, instala una app que te ayude a lograr esta meta y a desactivar notificaciones en ese horario. Coordina con tus supervisores para que sepan que a partir de esa hora estarás descansando para ser más productivo al otro día.
3) Si la naturaleza de tu trabajo requiere que estés disponible aún en tus horas de asueto, programa y comunica las horas especificas en las cuales checarás tus mensajes.
4) Si trabajas desde tu casa o haces home office con frecuencia, designa un espacio específico para trabajar (evita que sea el sofá o la cama) y hazlo siempre desde ese lugar. Así adiestrarás a tu mente a distinguir horas y espacio de trabajo.
5) Cuando trabajes desde tu casa, vístete como si fueras a trabajar y cámbiate cuando termines de hacerlo. Cambia la iluminación, pon música, cosas que le dirán a tu mente que se abrió un nuevo capítulo.
6) Cuando te asalte el pensamiento de que tienes mucho que hacer, haz una lista de qué específicamente es lo que tienes que hacer. Mira en tu calendario y coloca los días y las horas en las que dedicarás tiempo para esa labor. Prioriza las tareas. Luego, di en voz alta, ya está programado el momento en que manejaré esas cosas, ahora a descansar, desconectarme, etc.

Si quieres desconectarte y lograr que tu cerebro descanse, planifica actividades que se lleven a cabo tan pronto salgas de tu turno y que conlleven interacción con personas que no tengan relación alguna con tu trabajo. Por ejemplo, ir al gimnasio, una clase de pintura, un club de lectura o algo que sea entretenido. Irse a la casa a tratar de descansar, sin tener un plan estructurado de cómo descansarás tu mente, puede convertirse en terreno fértil para la rumiación.
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