| 2021-01-04 | Alejandro Quijano
Finalmente ha llegado el momento esperado por miles de personas alrededor de todo el mundo: el fin de año. El 2020 ha sido uno de los años más inusuales que muchos hemos vivido; la pandemia de COVID-19 lo transformó absolutamente todo. Ahora, tenemos frente a nosotros al 2021, con la promesa de que la vacuna comenzará a aplicarse y, con ello, podremos regresar gradualmente a la normalidad.
Son muchas las formas en las que se suele celebrar el inicio de un nuevo ciclo, pero hay una en específico que –a pesar de estar muy arraigada a nuestra cultura– sería lo mejor que comenzáramos a dejarla de lado: la truena de cuetes. Los cuetes, si bien pueden ser un espectáculo para nuestros sentidos con su estruendo y sus increíbles colores, tienen más razones por las que deberíamos rechazarlos que por las que son una buena idea.
A continuación, te presentamos 5 de las muchas razones por las que no deberías tronar cuetes este fin de año:
1.- Son, literalmente, quemar nuestro dinero: independientemente de su precio, el cual puede oscilar desde las decenas hasta los miles, tronar cuetes es tirar el dinero a la basura. Existe un sinfín de entretenimientos que se pueden adquirir por el mismo precio –y que durarán mucho más– como lo son los juegos de mesa.
2.- Generan ansiedad y malestar en los perros: según un estudio de la Universidad de Bristol, aproximadamente el 50% de los perros sufren de ansiedad ocasionada por la truena de cuetes. Hay incluso casos reportados de perros que han muerto de un infarto debido al fuerte susto que les provocan. Además, hay perros que tienen un impulso de huir en cuanto escuchan la detonación, lo cual ha derivado en su muerte por atropellamiento.
3.- También sufren algunas personas: los niños con autismo, que tienen los sentidos exacerbados, perciben los ruidos con mucho más fuerza. Su hipersensibilidad visual y auditiva vuelve la truena de cuetes en una auténtica tortura, puesto que la luz y el sonido les causa desasosiego. También, quienes padecen de estrés y ansiedad –millones de mexicanos y mexicanas– sufren por la pirotecnia.
4.- Son peligrosos: hay incontables casos de historias que comenzaron con la inocente intención de disfrutar de un espectáculo visual de cuetes que terminaron en la sala de emergencias. Un accidente por pirotecnia puede ir desde una pequeña quemadura hasta la pérdida de una extremidad. El peligro que los cuetes representan no debe ser subestimado.
5.- Generan una reacción en cadena: el hecho de ver (o escuchar) que se estén tronando cuetes cerca nuestro, puede detonar en otras personas el deseo de hacer lo mismo. El resistir nuestro deseo de hacerlo puede ayudar a que nuestros vecinos hagan lo mismo, propiciando así el cambio necesario para que paulatinamente se abandone esta tradición que no aporta nada positivo a nuestra sociedad.