Una gran parte de Veracruz ha visitado el parque Viveros o zoológico Miguel Ángel de Quevedo, pero ¿sabes por qué lleva ese nombre? ¿Sabes quién fue este personaje que su nombre está plasmado en calles, parques y hasta estaciones del Metro en la Ciudad de México?
Miguel Ángel de Quevedo y Zubieta nació en Guadalajara, Jalisco en 1872. Fue ingeniero, reconocido en México por su labor a favor de la protección de los bosques, con lo que se ganó el título de “El apóstol del árbol”.
Debido a la pérdida de sus padres, a la edad de 10 años Miguel Ángel se fue a vivir con su tío a Bayonne, Francia.
En 1887 Miguel Ángel de Quevedo recibió su diploma como ingeniero civil, con especialización en ingeniería hidráulica.
Mas tarde volvió a México y estaba entusiasmado en poder aplicar lo que había aprendido y difundir la importancia de la protección forestal.
En 1901 gestionó la creación de parques en la Ciudad de México, ya que en 1900 los parques y jardines comprendían menos del 2% de la superficie urbana abierta de la Ciudad de México; como resultado del programa de parques impulsado por Quevedo, la relación había aumentado hasta 16% al comienzo de la década siguiente. Así entonces, hablando en términos numéricos, Quevedo había aumentado el número de parques en la Ciudad de México de 2 a 34.
Fue el primero en proponer un proyecto de conservación hidrológica forestal de las cuencas nacionales para un desarrollo agrícola, industrial y biológico duradero.
Sus iniciativas en materia primero durante el porfiriato y posteriormente durante los gobiernos postrevolucionarios, fueron las únicas que plantean el problema de la conservación de los recursos naturales en los distintos niveles de la administración pública, materializándose, gracias a la creación hidrológica forestal de casi el 33% del territorio nacional, gracias a la creación del sistema de Reservas Forestales, que en gran medida es un proyecto que el General Lázaro Cárdenas asumió como una cruzada nacional.
Las rupturas y continuidades en las leyes y políticas sobre la gestión de recursos naturales y su conservación no serían posibles explicarlas sin la trayectoria de Miguel Ángel de Quevedo.
Otro gran acontecimiento que podemos destacar es debido a que Quevedo aportó su nombre y algo de sus energías a los esfuerzos para salvar a las aves, pero su principal preocupación era la conservación de los bosques.
En 1922 creó la Sociedad Forestal Mexicana, que era la reencarnación de la Junta Central de Bosques. Un año más tarde, la sociedad publicó el primer número de México Forestal.
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