El Baluarte de Santiago, patrimonio cultural de los veracruzanos y de los mexicanos, es otra víctima de la pandemia del coronavirus y triste ejemplo de lo que no se debe hacer con los vestigios de la historia: dejarlos morir en el abandono, aunque su parálisis inició mucho antes del Covid-19.
El guía de turistas y secretario general de Asamblea Permanente de Asociaciones Civiles, con la Comisión de Turismo y Cultura, Guillermo Macías Lagunes, afirma lo anterior y lamenta que la autoridad federal no muestre interés en el pasado histórico pese a ser un importante producto turístico para Veracruz.
Tesoros y piratas
El Baluarte de Santiago se ubica en la manzana formada por las calles 16 de Septiembre, Francisco Canal, Valentín Gómez Farías e Ignacio López Rayón. Estuvo integrado al sistema de fortificación mediante una muralla que circundaba al Veracruz de los siglos 18 y 19, para resguardar a la ciudad de los ataques y saqueos de los piratas durante el periodo colonial español.
Durante años los piratas procedentes de potencias europeas se interesaron en el oro que los españoles saqueaban de la Nueva España para llevarlo a la metrópoli de ultramar, y comenzaron a asolar puertos como Veracruz y Campeche para interceptar los barcos y robar no sólo el áureo metal sino productos comestibles que escaseaban en Europa.
Uno de esos piratas fue Roca Brasiliano o Roche; otros, más nombrados, John Hawkins; Francis Drake, William Parker; y el más afamado pero repudiado en los anales de la historia de Veracruz, Laurens de Graaf o ‘Lorencillo’, de quien se destaca el haber literalmente secuestrado a esta ciudad costera durante un mes en 1653.
Esa situación provocó que en el año 1636 arrancara la construcción de la muralla que encerraría a toda la ciudad de Veracruz, con puertas que se cerraban por las noches y baluartes desde los cuales los vigías observaban cualquier irregularidad y daban la voz de alerta para la defensa.
A finales del siglo 19, en 1881 la muralla fue demolida, aduciendo que afectaba la sanidad y no permitía la ventilación de la ciudad. Con esa acción se perdió un importante vestigio que hoy sería un fuerte atractivo turístico, más que nada por su valor histórico.
Al ser el Baluarte de Santiago el único sobreviviente de la extinta muralla de Veracruz, debería destacarse más su importancia en la historia de Veracruz y de México, y no como un inmueble viejo al que por cierto, le arrancaron el atractivo de las últimas décadas: las joyas del pescador, lamenta el guía de turistas.
Volaron las joyas
Cabe recordar que el 27 de abril de 2017 en visita a la ciudad de Veracruz el entonces coordinador nacional de Monumentos Históricos del INAH, Arturo Balandrano Campos, confirmó que se restauraría el Museo Baluarte de Santiago, con apoyo de la Administración Portuaria Integral de Veracruz (Apiver) y de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).
La obra implicaría una inversión de 5 millones de pesos, en un plazo de 4 meses, y consistiría en liberar algunos elementos que se pusieron en algún momento de su historia y que son inadecuados, por ejemplo un núcleo de baños habilitados en su parte posterior. Es decir, se pondrían en valor los elementos arquitectónicos de esa arquitectura virreinal militar única.
De paso el entonces funcionario del Instituto Nacional de Antropología e Historia confirmó que en ese momento las piezas de la colección Joyas del Pescador no se encontraban en su totalidad dentro del Museo Baluarte de Santiago, sino que una parte estaba “en préstamo en una colección itinerante”, pero dijo no tener el dato a la mano y que lo conseguiría en la Coordinación Nacional de Museos.
De eso ya pasaron más de 4 años y no se ha sabido el destino de esas piezas no especificadas.
Lo que sí dijo Balandrano Campos en esa ocasión fue que “hay 4 piezas que están en la Coordinación de Museos en distintas colecciones, algunas en el país y otras en el extranjero”.
Ya merito
Hace 2 años y medio, es decir medio año antes de que el coronavirus irrumpiera en el mundo, el miércoles 31 de julio del 2019 el entonces director (delegado) del Centro INAH Veracruz, Víctor Hugo Valencia Valera, hablaba ya de la cerca reapertura del Museo Baluarte de Santiago.
Explicaba que a esa fecha ya se trabajaba en los últimos elementos de museografía, y resaltaba el apoyo de la Administración Portuaria Integral de Veracruz (Apiver) “en términos de los recursos económicos para su restauración”.
En esa ocasión el representante del INAH en el estado de Veracruz anunciaba la disposición de una nueva museografía más didáctica y más accesible, con el uso de la tecnología actual, para un mayor disfrute en la apreciación de las Joyas del Pescador.
Lo más destacable era que ya se vislumbraban fechas en el año 2019 para abrir puertas de uno de los atractivos turísticos más importantes en la ciudad de Veracruz.
“Puedo decirte que el instituto tiene programado octubre, máximo noviembre, pero se abre este año, porque tiene como un año y medio o más que se cerró por la cuestión de la restauración, pero se va a abrir y va a ser una buena aportación.
“Vas a ver ahora otra visión de esas famosas joyas, que va a tener mejores elementos de seguridad, mejor actualización en cuanto a información y aplicar los el elementos de la tecnología con una nueva museografía.
“El instituto tiene programado octubre, máximo noviembre, pero se abre este año, porque tiene como un año y medio o más que se cerró por la cuestión de restauración. Vas a ver ahora otra visión de esas famosas joyas, que va a tener mejores elementos de seguridad, mejor actualización en cuanto a información y aplicar los elementos de la tecnología con una nueva museografía”, aseguraba el delegado del Centro INAH Veracruz,
Daño turístico
El guía de turistas lamentó que desde mucho antes de la pandemia del coronavirus se hubiera abandonado al Baluarte de Santiago, con todo y la remodelación consistente en un tipo de repellado para cubrir a las paredes de la erosión que en Veracruz es aún más agresiva por el exceso de salinidad y de salitre.
Recalcó que el cierre de ese museo ubicado en pleno Centro Histórico de Veracruz sólo fue la puntillada de lo que ya venía ocurriendo.
“Es un patrimonio cultural de la Nación que está bajo custodia del Instituto Nacional de Antropología e Historia, pero que desafortunadamente ya tiene varios años clausurado a la visita pública desde que se inició la restauración o remodelación del bien inmueble. Hubo un programa de respaldo federal donde el INAH se apoya en Apiver.
“Las Joyas del Pescador fueron prestadas, tengo entendido, al Instituto Nacional de Antropología e Historia en la Ciudad de México; no las han traído desde entonces, y de eso ya van poco más de 3 años aproximadamente”, señaló Macías Lagunes.
Ahora, con la pandemia del coronavirus y el cierre de todas las dependencias del gobierno federal y los locales, se avizora más difícil reabrir espacios culturales, lo cual es comprensible para evitar contagios, pero es posible reabrir mediante la aplicación de protocolos muy estrictos, dijo.
Museo de oro
Dijo que el Baluarte de Santiago era muy visitado. Resaltó que es el único museo de oro en la República Mexicana que tenía buena vigilancia: 4 custodios y 2 policías auxiliares, además de cámaras de seguridad.
“Desde la restauración desde que utilizaron gente no capacitada, no restauradores, aunque fuesen ingenieros, ahí ya hubo un daño al Baluarte de Santiago porque no fue gente profesional. Hubo desidia por parte del director en esos años responsable del edificio.
“El visitante llega a lo que queda del sistema amurallado de la ciudad de Veracruz, el único baluarte que queda en pie, vigente, y lo más sorprendente es que no hay acceso: no existen condiciones para dar a conocer un bien inmueble de carácter militar defensivo hispánico que sobrevive desde los tiempos de la Colonia. Y el visitante se va triste y compungido”, señaló Macías.
Hoy, a más de 4 años de que el Baluarte de Santiago fue cerrado a las visitas, no tiene para cuándo abrir, pues la administración federal está prácticamente paralizada por el problema de salud y lo demás no recibe atención, mucho menos el turismo pese a que es la oportunidad para reactivar un poco la economía, señaló el guía de turistas.
La historia del pulpero Raúl Hurtado
En 1975 en la ciudad de Veracruz, durante una de sus incursiones en el mar el pescador de pulpos Raúl Hurtado Hernández hizo el hallazgo, en el sitio denominado Coral de Enmedio, de un lingote de oro; y al año siguiente, en 1976, halló 42 piezas de oro prehispánicas.
Durante un tiempo mantuvo guardado su tesoro, y cuando intentó venderlo fue acusado de robo y encarcelado, por el delito federal de despojo a la Nación.
Al salir en libertad ya poco se supo de él, sólo que vivía en la colonia Playa Linda, al Norte de la ciudad.
Muchos años después, el 21 de septiembre de 2019 trascendió su muerte en la pobreza, pese a haber encontrado riquezas prehispánicas (decían que era el tesoro de Moctezuma) en el fondo del Golfo de México.
Parte de las piezas se exhiben en el Museo Nacional de Antropología e Historia y parte estaba en el Baluarte de Santiago, hasta que las sacaron y ya no han vuelto.
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