Víctimas de acoso sexual pueden llegar a presentar trastorno de estrés postraumático, experimentando diversos síntomas que afectan su calidad de vida, afirmó Isela Pavón Sánchez, psicóloga y activista feminista.
Explicó que ante una agresión como el acoso sexual, en un suceso que no se espera y ante el cual se activan todos los mecanismos de alerta de la persona, posteriormente puede permanecer en este estado de alerta porque es una forma en la cual el cuerpo se defiende de este tipo de acontecimientos.
Pavón Sánchez quien colabora con la Colectiva Colmena Verde, subrayó que en psicología se trabaja con casos únicos, es decir, va a depender de la historia de vida de la persona que sufra la violencia, las reacciones que se tienen. Sin embargo, hay algunas reacciones que se pueden considerar como generalidades, dijo.
FOTO: MYRIAM SERRANO
"Hay algunas reacciones que podemos considerar como generalidades, una de ellas y del cual se habla mucho, el estrés postraumático, es decir que la víctima de ese acoso o esa violencia sexual revive esta experiencia de muchas formas, la ansiedad es otra que se puede manifestar es la sensación de miedo, la hiperactivación que viene con la ansiedad, preocupaciones, en resumen todo esto puede afectar la calidad de vida de la persona", mencionó.
Los síntomas del estrés postraumático se pueden dividir en hiperactivación, es decir la persona padece constantemente síntomas de ansiedad o aumento de la activación que no existían antes del trauma; la persona puede tener recuerdos recurrentes o pesadillas en las que el acontecimiento vuelve a suceder; evita estímulos asociados o que recuerden el evento traumante.
"Es común ver que cuando el suceso se da en muchas ocasiones las mujeres viene con esta sensación de no poder dormir, estar en alerta constante, son más sensibles a los ruidos y también a los estímulos que son parecidos a la situación que vivió de violencia, entonces digamos que el cuerpo entra en un estado de activación el cual es importante trabajarlo, de sensibilizar a la consultante para que pueda llevar una mejor calidad de vida y sobre todo el acompañamiento psicológico", comentó.
Afirmó que en algunos casos el tratamiento incluye la medicación, para lo cual se trabaja en conjunto con un psiquiatra, aunque puntualizó que esto depende de lo que prefiera la paciente.
La víctima no es la culpable
La psicóloga resaltó que es importante hacer ver a la víctima que no es culpable de la agresión que sufrió.
"Hay que focalizar que es una situación injusta, que es algo que ella no pidió y que es algo que se debe de trabajar con esta perspectiva sensible, amable y cálida hacia la persona. No adjudicándole la responsabilidad por lo que ella vivió, si bien puede haber esta sensación de minusvalía después, tiene que ver directamente con la situación que acaba de suceder, con una sensación de vulnerabilidad que se da", dijo.
Señaló que es necesario que los funcionarios públicos estén capacitados o sensibilizados con el tema para evitar se sumen más agresiones a la víctima, pues consideró que en muchas ocasiones son revíctimizadas.
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