En el ámbito financiero, el estado de Veracruz mejoró en su calificación crediticia, debido al fortalecimiento de finanzas que dio como resultado reducir la deuda acumulada hasta la presente administración estatal.
Gerardo Carrillo Aguado, el director para América Latina de Finanzas Públicas de la Calificadora Fitch Ratings, resaltó que Veracruz figuraba entre las entidades con las calificaciones más bajas en el pasado. Sin embargo, en la actualidad, logró fortalecer sus balances operativos, fundamentándose en una dinámica de ingresos favorables y una gestión adecuada del gasto.
“Al evaluar la calificación crediticia, se toman en cuenta diversas métricas, como la capacidad de endeudamiento y la habilidad para hacer frente a los pagos, entre otros factores. En este sentido, la capacidad de pago de la deuda de Veracruz ha experimentado mejoras significativas, lo que se tradujo en un ascenso en su calificación crediticia el año pasado”.
De un nivel triple B+ con perspectiva positiva, el estado ascendió a la categoría A-, manteniendo perspectivas estables para el futuro.
Esta mejora en la calificación es de importancia, ya que repercute directamente en la obtención de deuda a condiciones más favorables.
Al acceder a una mejor tasa de interés y condiciones de préstamo, Veracruz se beneficia al liberar recursos que anteriormente se destinaban al pago de intereses, permitiendo su redirección hacia otros fines de interés público.
“Es destacable mencionar que Veracruz ha pasado de ocupar una posición muy baja en la tabla de calificaciones a ubicarse en una posición más favorable. Si bien aún tiene camino por recorrer para alcanzar los niveles más altos, el avance paulatino y sostenido bajo esta administración es innegable y evidencia la solidez de las medidas implementadas”.
Por otro lado, el Estado de Durango enfrenta una situación más preocupante, ya que se encuentra en incumplimiento de pago a corto plazo, lo que representa un desafío significativo para su estabilidad financiera.
“La calificación crediticia de Veracruz es una señal alentadora que refleja la efectividad de las acciones tomadas para fortalecer sus finanzas y reducir la deuda. Esta situación coloca al estado en una posición más favorable para acceder a recursos financieros en mejores condiciones, impulsando el desarrollo y bienestar de sus ciudadanos”.
No obstante, dijo, se debe seguir trabajando para mantener esta tendencia positiva y enfrentar los desafíos que aún persisten en el panorama financiero estatal.
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