Las ciudades homogeneizan el color, en muchos casos son paletas de tonalidades frías y grises; desaturadas, sobrias, corporativas, formales.
El contraste entre espacios abandonados, áreas residenciales y vialidades concurridas me lleva a una serie de cuestionamientos:
¿Cuál es la verdadera naturaleza? ¿La humana, la flora o la fauna? ¿Todo lo que nosotros tratamos de dividir?
El dilema del ser humano es que cree en una naturaleza sobre la naturaleza. Una especie que está por encima de otras especies y que siempre está hablando de raciocinio y de cómo sirve a esta naturaleza.
Entonces, cuando los árboles, plantas, animales y todo lo que también es naturaleza, ocupa esos espacios de pertenencia humana ¿cuál es la verdadera naturaleza?
¿La humana que construye sus propios hábitats y centros de cohabitación o la ‘otra’ naturaleza que toma banquetas, casas y espacios artificiales construidos por el ser humano?
/oh
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