Las vacaciones de verano no fueron tan satisfactorias en materia económica, sobre todo para los municipios que permanecieron la mayor parte del tiempo en color rojo.
Daniel Martín Lois, empresario restaurantero, admitió que aunque se les permitió operar pese al riesgo máximo de contagio, el 25 por ciento de aforo implicó una limitante fuerte para los restaurantes.
“Inclusive fueron semanas de vacaciones, por así llamarlo, y lo poco que pudimos haber levantado desgraciadamente no se logró. Estamos en una pandemia y más que se ve que los contagios van a la alza, desgraciadamente nos tocó esto y debemos ir enfrentándolo poco a poco”.
Señaló que la economía de las familias veracruzanas continúa afectada porque muchas obtienen ingresos a través de la industria sin chimeneas.
En el caso de los meseros, se trabaja por medios turnos, días salteados o no reciben propinas.
“Lo que nos preocupa son los colaboradores porque trabajan medios turnos o unos días sí y otros no. Además en nuestra industria hay mucha gente que vive de la propina y pues está afectada económicamente”.
En cuanto el consumo admitió que el cliente pide lo básico o lo más económico para tratar de ahorrar y no descartó que el comportamiento se extienda al menos hasta fin de año.
“Se ve que no hay el recurso, que la situación económica está precaria por lo mismo, porque no hay reactivación económica”.
Finalmente reconoció que implementar dos semáforos epidemiológicos en la conurbación afecta el consumo y la actividad económica ya que se trata de ciudades conurbadas que deberían tener el mismo trato sanitario.
Y es que no es lógico que cierren establecimientos en Veracruz mientras que los centros de esparcimiento continúen abiertos en Boca del Río.
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