El descuido y abandono casi siempre van de la mano. En la ciudad de Veracruz es muy común encontrar casos con dicha premisa, sobre todo en colonias alejadas de las zonas céntrica y turística, las cuales suelen recibir mayor atención y mantenimiento de las autoridades.
Sin embargo, existen lugares que han necesitado de cierta atención, especialmente por la sensación que transmiten a su alrededor. Y tal es el caso de un terreno ubicado en la colonia Agustín Acosta Lagunes, cerca de la base camionera de la ruta Comercial Mexicana.
El lugar corresponde a una escuela abandonada en la cuadra que abarca las calles Dieciséis (16) y Prolongación Esteban Morales, en el cual se encuentra todo tipo de anomalía registrada en secciones como la de El Justiciero.
La fauna nociva y la maleza, siendo invasores evidentes tanto dentro como fuera del terreno, forman un foco de infección de proporciones "bíblicas" en relación a los colonos que se encuentran viviendo cerca de dicho espacio.
Además de la basura, chatarra y muebles que se han echado a perder en el terreno desde hace varios años, llama la atención ver paredes despedazadas y con indicios similares a los de un incendio. Sin embargo, son signos de humedad.
Aunque su historia sigue siendo un misterio, no es totalmente ajena para los historiadores. Ricardo Cañas Montalvo, administrador del Museo de la Ciudad "Coronel Manuel Gutiérrez Zamora", narra lo que se sabe de este espacio, el cual comparte características con otro sitio de la ciudad de Veracruz.
"En ese terreno estuvo la escuela 'Jaime Torres Bodet', también conocida la 'Paso y Troncoso' en su turno vespertino. Fue muy popular hace, aproximadamente 25-30 años, pero sufrió de la misma manera que la Laguna Malibrán por la disposición del mismo terreno.
"Al estar construida en una zona húmeda y a desnivel, poco a poco se fue deteriorando. En temporada de lluvias, solía quedarse empozada mucha agua, y no dudo que siga ocurriendo. No se sabe si harán algo para aprovechar ese terreno, y estaría bien porque actualmente es considerado peligroso por los ciudadanos", indicó.
Lamentablemente, el terreno es ahora sinónimo de riesgo para los veracruzanos. Por el temor de no aumentar la tensión que hoy se respira, hay vecinos que constantemente vigilan a todo aquel que desee adentrarse en este espacio.
Aunque dicha vigilancia sigue siendo "burlada" por algunos, quienes continúan depositando residuos y chatarra, no desisten en su labor de mantener el terreno lo "menos peor" posible, con la esperanza que sea aprovechado como un espacio que brinde esparcimiento o, en su defecto, educación nuevamente en la colonia Agustín Acosta Lagunes.
/ct
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