Un grupo de unas 15 mujeres han empezado una aventura culinaria en el puerto de Veracruz, en la misma placha de concreto del Muelle de Pescadores donde sus esposos y hermanos se dedican a vender los productos del mar sin intermediarios, trabajando hombro con hombro para llevar recursos a casa, ahora que se puede, pues después los nortes y lluvias mantendrán a este sector fuera de su base.
Carmen Escobar Hernández es la esposa de uno de estos pescadores de Veracruz que desde la madrugada salen en sus lanchas para capturar el huachinando, la rubia, el bonito, el peto y muchas especies que horas mas tarde ponen en venta en el Muelle de Pescadores "Ricardo Fontes Acosta", ubicado en el bulevar Manuel Ávila Camacho, a la altura de la Escuela Náutica Mercante "Fernando Siliceo y Torres".
"Todos los pescadores se organizaron para poder hacer esta plancha de cemento y ofrecer los pescados y mariscos a un precio más bajo, directo del pescador al público", dijo Carmen, mostrando el improvisado restaurancito al aire libre y con vista al mar.
Con apenas tres mesas y sus sillas, poco a poco la gente va llegando al Muelle para comprar el pescado de su elección, y es atraido por el esquisito olor a mariscos preparados.
"¿Quiere probar el ceviche?, ¿Qué le damos?, ofrece una joven, quizá hija de pescador a una familia que va llegando al Muelle-restaurante.
El Muelle se ve transformado por manos femeninas, una guía de focos cruzan parte del lugar para dar un ambiente relajado y armonioso: la barra de alimentos, servilletas, salsas, platos de unicel, galletas, tostadas, todo tiene un orden.
"De lo que ellos traen compramos el peto que es el que ocupamos para el ceviche, o el peto al apio; el bonito lo ocupamos para la minilla... Todo lo preparamos en casa, cada noche se prepara para traer todo fresco", explica Carmen.
"Nosotros empezamos la semana pasada y en esta Semana Santa vamos a estar de martes 15 a domingo 20 de abril, en un horario de 8:00 de la mañana a 4:00 ó 5:00 de la tarde".
Ningún restaurante de mariscos en Veracruz está mas cerca del mar, se puede escuchar el sonido de las olas, el ruido de las aves emocionadas con la llegada de las lanchas, y la brisa pegando en el rostro de los comensales.
Carmen Escobar dio a conocer que se encuentran motivados por el esfuerzo que están haciendo todos. pues no solo se trata de sus esposos y hermanos que ahora a parte de pescadores se están metiendo al comercio.
"Es bien bonito y cansado pero qué alegría ver a las hijas, cuñadas y hasta sobrinas poniendo de su parte para salir adelante, yo creo que porque como yo, todos hemos sido testigos que hay épocas muy malas en esto".
En este improvisado restaurancito las hijas y esposas de los pescadores venden minilla, ceviche, peto al apio, ensalada de mareiscos y el producto estrella, el tamale de mariscos.
"El tamal de mariscos es el primero que se nos acaba, a las 9:00 de la mañana ya no hay, la gente ya lo está conociendo y le gusta, en Alvarado le llaman "tapado", aquí lo elaboramos con masa y camarones o minilla", explicó Carmen.
Nosotros | Publicidad | Suscripciones | Contacto | Aviso de Privacidad
Reservados todos los derechos 2025 |