Se une Inifap a la preservación mundial de especies vegatales y animales

El Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias participa en un programa mundial para resguardar y preservar especies vegetales y animales, con fines de reposición ante una eventual pérdida por diversos factores, incluso catástrofes, y que no desaparezcan del planeta.

El investigador de esa institución federal, Francisco Javier Ugalde Acosta, destacó que en México existe plena conciencia de esa responsabilidad porque produce 58 de las 200 razas de maíz identificadas en el mundo, y tiene programas de conservación mediante germoplasmas.

Sin embargo no sólo se resguarda a vegetales nacionales, sino que también tiene bajo custodia a los de otras latitudes fuera de México, y ante una emergencia que pusiera en riesgo de extinción a una especie por cualquier circunstancia, aquí se contaría con plantas para repoblar.

“Esa parte es la que el Inifap tiene como responsabilidad a través de un programa e instalaciones de primer mundo que se llaman Centro Nacional de Recursos Genéticos, y eso está en un sitio dentro de la infraestructura de seguridad.

“Ahí se tienen guardadas todas las razas de maíz de México; también de frijol y de todas las especies agrícolas, pecuarias, acuícolas, forestales y microbianas nativas de México. Tiene alrededor de 50 mil muestras guardadas actualmente, y se da servicio de resguardo a unos países de Centroamérica, Sudamérica”, explicó Ugalde Acosta.

Recalcó que no sólo es tener un almacén, sino la responsabilidad y poder contribuir a la continuidad de generar la materia prima para alimentar a una parte de la humanidad y para otros usos, y en eso radica la importancia de que México esté involucrado en una tarea de tan alta envergadura.

Es una responsabilidad tan grande como el poder llegar a ser el último reservorio de material genético para repoblar al mundo o a una parte de él después de una pérdida causada por diversos factores.

“Tiene convenios con países de Europa y Asia para resguardo por protección, porque si llega a ocurrir una catástrofe biológica y climática, ahí se tienen resguardados y se pueden volver a utilizar; haz de cuenta que están protegiendo el futuro de la biodiversidad”, subrayó el investigador del Inifap.