Cientos de veracruzanos que hacían su paseo dominical por el Malecón de Veracruz tuvieron un reencuentro con el pasado: volvieron a estar frente a aquel automóvil compacto alemán que se hizo tan popular por su economía, su versatilidad y su capacidad de generar y atesorar toda clase de anécdotas.
Algunos lo llamaban 'escarabajo'; otros, 'cucaracha', pero para muchos fue el primer automóvil de su vida... y de sus correrías.
Y en pleno domingo en el Malecón de Veracruz, competían contra los autos estadounidenses... y les robaron cámara porque al decir de muchos curiosos que no dudaron en tomarse fotografías junto a ello, les "sacudieron cosas desde muy adentro.
Adultos cincuentones, sesentones y de más edad, de inmediato se acercaron cuando los divisaron en la Explanada del Faro Carranza y junto a las esposas no pudieron contener un sentido “mi vochito, ¡mi vochito!", aunque el sentimiento dio un giro del sentimentalismo a la sorpresa al verlos transformados, incluso hasta en camping, pese a su pequeña dimensión.
Jorge, hombre de 65 años de edad, quien iba acompañado por su esposa y no aceptó ser fotografiado, recordó que al inicio de los años 80 tuvo su primer automóvil y fue precisamente un 'vochito', como se le llamó popularmente en México.
Pero lo que vio ahora lo sorprendió, más allá de transformarlo en auto deportivo y otras transformaciones, lo sorprendió verlo convertido, con sus pequeñas dimensiones, en un camping, con su caseta adaptada
Los 'escarabajos' se robaron el espectáculo de los diversos autos y marcas, como parte de los diferentes eventos de ese tipo que suelen celebrarse en la Macroplaza del Malecón de Veracruz.
Y las historias brotaron por todos lados, desde quien le pidió a la amiga ser su novia precisamente a bordo de un 'vochito', hasta quien le pidió a la novia convertirse en su esposa, y quien se quedó sin habla cuando una dama le dijo que "tenían" que casarse, pues ese "tenían" era un aviso de bebé en camino.
Definitivamente los 'escarabajos' dominicales le robaron el espectáculo a los autos gringos en el Malecón de Veracruz, y el sentimiento, la nostalgia y el corazón a cientos de jarochos que los apreciaron en toda su versatilidad y con toda su capacitación de sacudir sus recuerdos.
Foto: Heladio Castro.
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