¿Quién es el Charro Negro, el adorador de la muerte en Veracruz?

El Charro Negro es un personaje icónico de la subcultura jarocha reconocido por su fervorosa devoción hacia la Santa Muerte y por su presencia constante en las calles del puerto, conduciendo su camioneta.

Su apodo se debe a su atuendo distintivo de color negro que utilizaba, aunque ahora ha experimentado cambios significativos en su apariencia. Ya no lleva el traje típico de Jalisco ni el sombrero que lo caracterizaba, sino que ahora viste una falda corta y una peluca.

El Charro Negro explica que cambió los usar pantalones, camisas y zapatos negros por mandato "de ella", a quien prefiere referirse como "Santísima" y no como "Muerte" bajo ninguna circunstancia. Por lo que ahora es visto vestido como mujer.

Aunque su atuendo ha cambiado, el Charro Negro continúa en su templo ubicado en la colonia Asociación Civil, junto a Lomas del Vergel. Por las mañanas, se desempeña como chequeador de autobuses del transporte público en diversas áreas de la ciudad.

El Charro Negro pasea una figura de la Santa Muerte por las calles de Veracruz en su camioneta.

Con más de 40 años dedicados a este culto, este hombre muestra su amor por la Santa Muerte a través de numerosos tatuajes que lleva en honor a "La Santísima", como él la llama. Uno de estos adorna su rostro, creando la imagen de una calavera en movimiento. Él es un fiel reflejo de la figura a la que venera.

Desde niño afirma haber sido llamado por esta deidad, a la cual vio por primera vez en el mar entre los 7 y 8 años mientras acompañaba a su padre pescador en el mar. A los 14 años, comenzó su veneración por esta religión al hacerse su primer tatuaje.

Desde entonces se convirtió en su protectora y afirma que nunca lo ha abandonado. Él le construyó un altar y, con el paso de los años, un santuario, tal como ella deseaba.

Hace 15 años, abandonó su hogar y dejó a su esposa para crear la Capilla donde rinde culto, la cual alberga más de mil figuras. Estas no solo representan a "La Niña", sino también a Jesús Malverde, a quien considera el patrón de los pobres y necesitados y objeto de culto entre los narcotraficantes, así como a diablos y otras figuras religiosas.