El Acuario de Veracruz es el único recinto de su tipo en México que alberga un ejemplar de Pez Sierra, especie considerada virtualmente extinta.
Este ejemplar de tiburón Sierra llegó al Acuario de Veracruz en enero de 2016, se trata de una hembra de casi 3 metros de longitud.
“Es el único en México que está en el Acuario de Veracruz, y posiblemente también en Latinoamérica, no lo sabemos con exactitud”, declaró hace un tiempo el responsable de la pecera arrecifal y Tiburonario.
Esta especie posee hocicos en forma de sierras denominadas rostras. Alguna vez nadó en aguas cálidas en todo el mundo, mostrándose a muchas culturas. Principalmente debido a la pesca, esta especie está hoy en peligro crítico de extinción.
Este pez parecido a un tiburón es un depredador. Cuando crecen se alimentan de crustáceos, como los camarones, y de peces. Los peces sierra utilizan sus rostras para activar un “sexto sentido” que detecta campos eléctricos. Miles de órganos pequeños y porosos en sus hocicos les permiten “olfatear” la presencia de presas ya que todos los organismos vivientes están rodeados de campos eléctricos invisibles. A esto se lo denomina “toque distante.” Como no se amparan en la vista para cazar, lo hacen de noche.
El pez sierra común mata a su presa por desmembramiento: mueve su rostra de adelante hacia atrás como si fuese una sierra verdadera. También usa este arma cuando se encuentra con los pocos depredadores que tiene, como los tiburones o los cocodrilos de agua salada.
El pez sierra común adulto puede medir hasta 6 metros de largo. A los 10 años, llegan a la edad adulta y viven, aproximadamente, 35 años. Dado su lento crecimiento y su baja tasa de reproducción, cada camada produce entre siete y nueve crías, el crecimiento de su población es bajo. Las crías nacen cubiertas de un tejido suave para no lastimar a la madre y el apareamiento ocurre en verano.
Sus largas rostras, aunque son una herramienta efectiva para la caza y la defensa, también los hacen vulnerables, ya que se enredan muy fácilmente en el equipamiento de pesca. Hoy en día, una de las más grandes amenazas a las que se enfrentan es quedar atrapados accidentalmente en redes de pesca destinadas a otros peces.
La pesca intencional de sus partes es otra amenaza. Son atacados por todo: desde sus pieles para moda de lujo y sus aletas para sopa de aleta de tiburón hasta medicina y armamento Sus aletas, carne, órganos, piel, rostras y dientes son todos parte del comercio internacional ilegal de partes de pez sierra.
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