Debido a la clausura de la de la empresa Alcoholera de Zapopan y Central Energética de Atoyac el pasado miércoles, alrededor de 300 personas que dependen de la producción de alcohol y la corta de caña, hicieron el viaje a la ciudad de Boca del Río para entablar conversaciones con la Procuraduría Estatal del Medio Ambiente (PMA).
El lunes por la mañana, 8 am dicen algunos, entre 6 y 7 autobuses llegaron procedentes de Atoyac, Veracruz al fraccionamiento Jardines de Virginia, de ellos se bajaron en su mayoría varones y mujeres de todas edades así como niños pequeños.
Algunos traían hieleras y hasta garrafones, la mayoría no portaba cubrebocas, según algunos de los presentes, la PMA los vino a atender hasta las 11:30 y para las 4 de la tarde aún no salían los representantes del contingente que habían entablado pláticas a puerta cerrada en el edificio 478 de la avenida Palmeras.
Mientras muchos de los viajeros se entretenían comprando en Waltmar, otros comían pollo asado cerca de lugar y otros de plano se acostaron en banquetas y corredores de casas desocupadas de la zona al cobijo de la sombra, fue hasta las 4 de la tarde que uno de los voceros salió del edificio para decirles que no se desesperaran que la reunión continuaba con las autoridades.
Con antecedentes
Desde tiempo atrás la alcoholera y la Central Energética han sido señaladas por pobladores del lugar donde están situadas, de contaminar con desechos tanto el canal de riego como el río Atoyac, causando daños a la fauna de dicha “vena” de agua.
“Tenemos caña tirada en campo, esto afecta a muchísimos productores de varias congregaciones, muchos municipios, somos del gremio cañero de la región de Cuitláhuac, Yanga, Amatlán de los Reyes, La Patrona, Loma de Guadalupe, Cosamaloapan, Tezonapa, Tenatito, Paso del Macho, Palmilla, abarcamos hasta la zona de Orizaba”, dice Víctor Manuel Martínez Flóres, Jefe de Grupo y Colono de la Central Energética.
Según lo recabado con otros campesinos, la clausura de estas dos empresas afectó a aproximadamente 1,500 productores de caña y 2 mil cortadores, para un total de 3,500 personas que dependen de este negocio.
Aunque el vocero lo negó, algunos trabajadores aseguraron que los cuatro días que ya habían trabajado antes de la clausura, la alcoholera no se los ha pagado bajo el pretexto de que la PMA les cerró la planta. Cabe mencionar que estas empresas ya habían sido apercibidas por PMA desde el año pasado.
Empresas omisas
Según palabras de Martínez Flores, los funcionarios de PMA se portaron accesibles, dijo que los atendieron rápido y negó la falta de pago por la alcoholera, “No es que no se les haya pagado, apenas empezamos corte tres días en caña cruda y tenemos ahora sí caña tirada en campo por eso nosotros estamos aquí”.
“Seguimos esperando ahorita porque tiene que haber orden de corte y de quema hasta que se arregle esto, mientras estamos parados y sin billete”, comenta uno de los trabajadores.
Cabe mencionar que quienes entablaron pláticas con PMA fueron cañeros y cortadores, pues representantes de la alcoholera y de la Central Energética brillaron por su ausencia, dando a pensar que están utilizando la necesidad de la gente para salir del problema.
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