Ni el obispo, Carlos Briseño Arch se resistió a la tentación...y sucumbió.
La culpa la tuvieron las manos jarochas que prepararon exquisiteces culinarias en el final de la festividad en honor a San Sebastián, patrono de la ciudad de Veracruz.
Mareados por la procesión en lanchas del Muro de Pescadores al inicio del Comodoro Azueta y después asoleados por la procesión a pie de ese punto al Zócalo y la Catedral de Veracruz, los integrantes del grupo arribaron con mucha sed y también con algo de hambre.
Y el obispo Carlos Briseño Arch no resistió los olores.
Y llegó a la degustación. Y probó. Tomó una porción entre sus dedos y abrió la boca tanto como pudo para introducirlo.
Y lo ingirió.
Fue la degustación de productos del mar como parte de la festividad patronal.
Ceviche, minilla, ensalada de camarón y otros productos se expendieron en el Zócalo de Veracruz.
Los aromas inundaron el espacio acondicionado a un costado de la Catedral de Veracruz, en la Zócalo de la Ciudad.
Y para degustar con ambiente, hicieron acto de presencia los jarochos con su zapateado y sus versos llenos de la característica picardía jarocha.
Fotos: Wenceslao Fuentes | IMAGEN DEL GOLFO
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