Conforme se aleja el otoño y se acerca el invierno aumenta el riesgo de choques entre animales que buscan refugios cálidos, ahora ocupados por los humanos, y se debe evitar esa situación, alertó Ernesto Alarcón, biólogo veracruzano de una instancia federal.
Explicó que a diferencia de los animales mamíferos, los reptiles son de sangre fría y no tienen la capacidad de retener el calor.
Por eso en invierno vuelven a su zona donde anidaban, pero ya se convirtió en área poblada por humanos, quienes las rechazan por considerarlas peligrosas para sus hijos y para las mascotas, dijo.
"La mayoría de especies de la conurbación Veracruz-Boca del Río están acostumbradas al calor, a temperaturas altas casi todo el año. En días de invierno, cuando baja la temperatura, tortugas, otros anfibios y algunos reptiles entran en una época a la que se llama de estivación y se entierran en zonas lodosas y ahí se quedan resguardadas en época bajo capas de barro y de lodo.
"Con el crecimiento de la mancha urbana, los lugares donde realizaban esas actividades ya no están: ahora hay casas en lugar del pantano que había y hay encuentros porque se metió la serpiente en una casa o se metió una tortuga en busca de refugio por las bajas temperaturas', subrayó el biólogo.
Reiteró que los anfibios y los reptiles no tienen capacidad de retener la temperatura como y dependen de un clima externo.
Remarcó que si el humano los expulsa recibe una respuesta agresiva del animal, que puede ser peligrosa.
Insistió en no atacar a los animales invasores y mejor llamar a las autoridades para que los retiren del lugar y no arriesgar a la familia.
"Ha habido encuentros hasta dentro de camiones porque el animal busca el calor; a mí me ha tocado ver animales que buscan el calor que ya no pueden encontrar porque la temperatura baja y es cuando ocurren esos encuentros', subrayó el biólogo.
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