Rosa se dice privilegiada por un milagro de la Virgen de Guadalupe y cada día de su vida le agradece por seguir con su familia como sobreviviente de una pancreatitis hace 16 años.
Y ahora se declara devota de Santa María de Guadalupe porque su peregrinar de meses pareció una eternidad y lo que más temía era dejar a su familia, a su esposo y sus hijos, con quienes vive en la ciudad de Córdoba, Veracruz.
Rosa María Sánchez Trejo recuerda que en el año 2007 tuvo pancreatitis necrosante y estuvo en terapia intensiva, ingresó de gravedad al hospital.
Reconoce que tuvo miedo de irse para siempre, y además de recibir la ayuda médica acudió a la divina, con su devoción a la Guadalupana.
"Mi esposo y mis hijos me encomendaron a la Santísima Virgen de Guadalupe porque la verdad, ella siempre ha estado presente en nuestras vidas. A mí también me ha hecho otro milagro con mi hija Berenice Guadalupe, que se llama Guadalupe, precisamente cuando era pequeña.
"Entonces le tenemos mucho amor y mucha fe a la Santísima Virgen de Guadalupe, sobre todo mi hijo Marco Antonio fue el que más estuvo muy preocupado, angustiado y se acercó a la Virgen, él sabe lo que ha significado para nosotros en la vida", señala Rosa María, más conocida como Rosy en su entorno familiar.
Recuerda que su hijo lloró desde lo más profundo de su corazón al saber a su madre amenazada por muy grave peligro de no sobrevivir.
EL MILAGRO
Explica que de una pancreatitis necrosante casi nadie se salva, y en 2 ó 3 días fallece el paciente.
No fue su caso.
Y su hijo se lo relató.
"Él dice que escuchó la voz de la Santísima Virgen cuando él iba subiendo las escaleras, que iba tan angustiado, tan desesperado, que ella le dijo 'no estoy aquí yo, que soy tu Madre?', que cuando él escuchó eso, él sintió mucho consuelo, mucha paz, alegría, esperanza, sobre todo, de que yo me iba a componer.
"Sin duda alguna, nuestra Madre Santísima, que es la madre amorosa de Jesús, que es la Virgen María, en este caso en la advocación de María Santísima de Guadalupe, escucha a su madre y un buen hijo siempre va a hacer que su madre esté feliz, esté contenta, y ella es nuestra mejor intercesora y entonces imagínese, que la Virgen le haya pedido a su hijo un milagro como éste: la verdad es que se fueron poniendo los caminos para que yo saliera adelante", resalta Rosy
Así logró salir de terapia intensiva y después bajó a piso en el nosocomio donde se encontraba.
"Yo no comía, estuve sin comer de enero a mayo, que fue cuando me operaron; estuve con sondas, fue alimentación primero parenteral y luego por una sonda. Se fueron dando poco a poco las cosas, se fueron poniendo los caminos, abriendo mucha ayuda porque fui a dar a México, en un buen hospital, gracias a Dios me operó un cirujano el páncreas.
"Todo se fue dando gracias a la intercesión de la Santísima Virgen, y estuve poco a poco mejorando, me operaron, fui mejorando y mejorando, hasta que en agosto de ese mismo año me quitaron la última sonda. Y aquí estoy, gracias a Dios, a pesar de haber tenido un problema de páncreas y que vivo con menos de la mitad del páncreas, no estoy diabética, sí estoy con una prediabetes y tengo que cuidarme", resalta.
Hoy, a sus 64 años de edad y como sobreviviente de la pancreatitis, Rosy se asume como una mujer afortunada porque salió adelante y 16 años después de aquel episodio aún puede contarlo y no deja de dar gracias por la fortuna de tener vida y a su familia.
Al paso del tiempo viajaron juntos a la Basílica de Guadalupe, para dar gracias a la Santísima Virgen.
Y no es el primer milagro, porque antes ya le había dicho hecho otro, con su hija Berenice Guadalupe.
Opina que lo que vivió en el año 2007 debió ser una prueba divina y a raíz de eso ha valorado mucho su vida y la de su familia.
"Ahora sé qué tengo que estar aquí, antes no sabía, sólo que me dejó aquí por algo. A través de estos últimos años ahora entiendo por qué estoy aquí: estoy viviendo lo que Dios ha querido que viva y que haga su vida. Gracias a Dios y a la Santísima Virgen aquí estamos, fuerte y adelante (...), la verdad es que estamos agarrados de su mano, salimos adelante siempre en todas las situaciones, y con mucha fe, porque es importante la fe y no abandonarse.
"Pero también hay que aceptar su voluntad, porque también por algo suceden las cosas", asegura Rosy.
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