Mateo, niño arpista con ceguera, prodigio de la música(+Video)

Mateo Barrientos Barrios, de 13 años, nació con microcórneas y malformación en ambas retinas, ocasionándole ceguera congénita, sin embargo, esto no ha sido un obstáculo para que se desarrolle en la música, actividad que aprendió de forma innata.

Desde los 8 años Mateo toca el arpa, su instrumento favorito, aunque también ha tenido contacto con otros instrumentos de percusión para los que ha mostrado facilidad.

Aremy Barrios, mamá de Mateo, destacó que él nació con un don, pues con solo escuchar una melodía logra sacarla en el arpa sin ensayar demasiado.

Comenta que desde pequeño siempre ha tenido mucho interés por la música, lo cual alentaba con sonajas, flautas, piano y todo instrumento que encontraba; pero el arpa, el que se convirtió en su instrumento favorito, lo descubrió por casualidad.

“Mi papá era arpista, cuando mi papá fallece yo decido no regalar ni vender el arpa, queda el arpa en un rincón de la casa, ahí estuvo mucho tiempo porque de hecho cuando Mateo nació mi papá ya había fallecido; después de 8 años un día hubo una construcción de la casa y se manchó la funda del arpa, quito la funda para lavarla y dejo el arpa, y él ese rinconcito donde está el arpa están las escaleras donde él baja, lo tocó y empezó a garrarlo, pero yo pensaba que era como juego”.

Fue entonces como le pidió al maestro Wilber, amigo de la familia y quien tocaba en conjunto con su papá, que viera si Mateo tenía talento.

“El maestro Wilber tocaba con mi papá entonces él siempre es el que le daba mantenimiento al arpa. Llegó y le comenté ‘fíjate que yo veo que al niño le interesa pero no sé’; y dijo ‘llévamelo a mi casa, si le interesa, si tiene la habilidad yo te voy a decir si la tiene y si no la tiene te voy a decir que no la tiene’”.

Cuenta que el primer día Mateo sacó una maqueta chica de La Bruja sin haber ensayado previamente.

“Y ya desde ese día me dijo Wilber que no lo iba a soltar, y desde ese día toma clases con él”, mencionó con orgullo la señora Aremy.

Desde hace cinco años Mateo toma clases de música con el maestro Wilber un día a la semana, aunque el resto de los días practica en casa. Los miércoles día que acude son “sagrados” para la familia porque saben tienen que llevarlo a su clase.

Mateo cuenta que lo que más le gusta hacer es tocar el arpa y le dedica mucho tiempo a practicar.

“Yo sueño nada más el arpa”, expresó Mateo.

Mateo es un menor muy querido entre la comunidad de Alvarado, de donde son originarios y radican, donde la gente procura acudir a los festivales donde se presenta con su arpa.

El menor arpista se ha presentado en fiestas del pueblo, en las fiestas de mayo, en festivales de la escuela, participó en un video promocional de Alvarado realizado por el gobierno estatal, actividades que ha retomado tras la pandemia.

La señora Aremy Barrios subrayó que la vena artística esta por todos lados de su familia.

“Mi papá era arpista y tocaba la jarana, pero mis abuelos también, por parte de mi mamá mi abuelito también fue músico, de hecho, tocó en unos grupos muy famosos en la época de ellos, la Sonora Puerto Rico, mi abuelito es uno de los que tocaba en el famoso mamey, un grupo local muy famoso. El hermano de mi papá, mi abuelito por parte de mi papá también tocaba música jarocha”.

Como papás han apoyado a Mateo desde que vieron la habilidad que mostraba para tocar el arpa, lo llevan a sus clases y eventos que lo invitan, siempre y cuando él quiera.

Un reto brindarle educación

Aremy Barrios reconoció que la discapacidad que tiene Mateo ha significado un reto para su formación.

“Con él si ha sido un reto muy grande todo porque él por su discapacidad en lo social no se presta mucho, de hecho, ahorita es un trabajo en conjunto todo lo que ustedes ven aquí porque no acepta demasiado el ruido, mucha gente. De hecho, se sube toca, se baja y se va a su casa; le gustan los aplausos, pero ya”.

Como maestra de nivel preescolar la mamá de Mateo señala que no ha sido fácil encontrar una escuela para niños invidentes en Alvarado.

“Ha sido difícil porque en Alvarado no hay una escuela para niños ciegos, entonces yo como maestra he buscado incluirlo a una escuela regular, lo incluí en el jardín de niños y la primaria, pero al no tener el personal que enseñé un Braille ha sido complicado, yo lo tuve que aprender y soy la que le está enseñando junto con sus maestros ahora que va al CAM”.

En conjunto con maestros del Centro de Atención Múltiple de Alvarado tratan de enseñarle el sistema Braille, el cual reconoce no es fácil aprender.

Incluso, cada martes se trasladaba con Mateo a Boca del Río donde el municipio realizó un taller de Braille.

“Él está en segundo año de secundaria, en el CAM 17 de Alvarado, me han ayudado mucho ellos en ese aspecto social con Mateo, estos dos años que lleva ha avanzado mucho en el aspecto social, en reglas, como comportarse, en el manejo del bastón”.

Sueños

Además de darle una educación y formación para la vida, que pueda ser independiente, sus papás sueñan con que Mateo ingrese a una filarmónica o sinfónica.

“Que se integre a una filarmónica y que se desenvuelva con mayor apertura, con más versatilidad, y con más amor y pasión como la que él ya tiene. De hecho, tanto para el arpa como para otros instrumentos de percusión tiene mucha facilidad, y con el tiempo, con más edad y con más conocimiento ya también aprendiendo un poco de Braille y un poco de lectura, él podría tener más apertura hacia otros instrumentos… él sabe distinguir muy bien los sonidos de cualquier instrumento. Ese es el sueño que tenemos que se integre a una filarmónica o una orquesta sinfónica”, dijo su papá Jorge Miravete.

Desarrollar el oído ante la ceguera

Para un menor con debilidad visual o ceguera, la música puede ayudarlo a desarrollar una mayor sensibilidad además de funcionar como una terapia, destacó Wilber González, arpista y maestro de educación artística en Alvarado.

“Como que ellos desarrollan un cierto sentido más, se muestran con una gran sensibilidad, una terapia buena para ellos, desarrollan más su persona, se vuelven muy atentos a lo que están escuchando, a lo que quieren hacer”.

Wilber González, quien es maestro de Mateo Barrientos Barrios, de 13 años, quien tiene una ceguera congénita de nacimiento, mencionó que menores con discapacidad visual tienen un oído más desarrollado, lo que ayuda a facilitarles el aprendizaje de algún instrumento musical.

“Yo siento que es más que uno, porque uno está estudiando y está repasando aquello que no capta al momento a veces, sin embargo, niños con problemas como él, rápido lo llegan a captar, se les abre un cierto sentido más a parte del oído”.

Destacó la habilidad de Mateo para aprender y tocar el arpa, instrumento que lleva cinco años enseñando al menor.

“A mí me ha dejado impresionado, soy una persona que ha estado en la música siempre metido, he estado con niños de diferentes edades, con gente adulta que les ha costado trabajo mover el instrumento del arpa, sin embargo, él me ha sorprendido por la facilidad que tiene, el oído que tiene, a veces nos tiene batallando una melodía, pero es parte de.

“Es un niño con una gran facilidad musical que no cualquiera la tiene y yo como profesor y amigo de ellos estoy muy orgulloso de tener a este ser tan apreciado que todo mundo lo quiere”.

Con la confianza del talento de Mateo para la música, su profesor se ha fijado como meta lograr que el menor forme parte de una sinfónica.

“Hasta que a él yo no lo vea ubicado en una sinfónica es como voy a decir que esta misión ya se cumplió”.

Agregó que han recibido invitaciones para presentarse en un encuentro internacional de música folclórica en Colombia, al que esperan poder asistir el próximo año.

Fotos: Iván López | IMAGEN DEL GOLFO

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