Las mujeres que son madres y jefas de familia hacen un gran esfuerzo para ser eficientes en su trabajo y en ocasiones pasar temporadas lejos de sus hijos, pero asumen el reto de sacarlos adelante sobre todo en áreas como las fuerzas armadas, donde hay compromisos más fuertes.
Sin embargo, para la Soldado Auxiliar Asistente de Enfermería Marlene Willyson Palacios, todo esfuerzo vale la pena por ver crecer a su hijo, de 10 años de edad.
Licenciada en Enfermería, madre soltera, con 5 años en el Hospital Militar, admite que ser profesional y cabeza de familia impone un enorme esfuerzo cada día.
"Sí es algo complicado, sobre todo porque como mujer uno de mis sueños ha sido realizarme en el área en que estoy trabajando, que es el área de la salud: me gusta mucho mi trabajo, trato de dar lo mejor.
"Y es difícil el hecho de dejar a mi hijo al cuidado de alguien más porque siempre persiste la incertidumbre de saber si está bien atendido, si ya comió, si hizo tarea y demás, a pesar de que ya es un niño mayor, sí es difícil, pero la vocación es lo primordial para mí y siempre me ha gustado el hecho de estar aquí en este hospital", afirma Marlene.
La situación se complica cuando su presencia es necesaria por algún festejo escolar.
"Sí, definitivamente es lo más difícil el no estar con él en los momentos que son importantes para él [...]; ha habido ocasiones en las que sí se puede, pero cuando me mandan de comisión o algún servicio fuera de plaza es cuando no podemos hacer más que cumplir con el deber", señala la soldado asistente de Enfermería.
Consciente del compromiso con su trabajo, Marlene Willyson asume sus deberes, pero entre los sacrificios más grandes figura el separarse de su vástago por temporadas que en ocasiones se prolongan mucho.
"La comisión más larga que tuve fue el año pasado, estuve en el desfile de México el 20 de Noviembre, fue un mes aproximadamente y estuvo con mi mamá, que es la abuela materna y siempre hay más cariño por parte de ese lado", señala Willyson Palacios.
Por fortuna para ella, la tecnología contribuyó a mantenerse en contacto con su familia a través de videollamadas y de esa forma se enlazaban en forma virtual.
Para ella es un reto tener un niño educado, responsable, de buenas calificaciones en la escuela, que sepa apoyarla en el hogar.
"Siento que lo estoy forjando como un hombre de bien, para el día de mañana que él quiera formar su propia familia no va a ser nada difícil: él va a tener esos cimientos que hoy por hoy son muy importantes, porque la mayoría de las mujeres nos quejamos de que no tenemos ningún apoyo, pero yo siento que él va a ser una persona muy importante cuando crezca y ése es mi objetivo principal como mamá para él", asevera Marlene.
Antes de despedirse, la Soldado Auxiliar Asistente de Enfermería asume su compromiso con el área de la salud y reconoce que en el Hospital Militar de La Boticaria les organizaron un festejo a las mamás y el día libre para pasarlo con sus hijos.
La soldado María Fernanda estalló en felicidad cuando en el Hospital Militar informaron que este miércoles 10 de mayo sería franco para las madres de familia que como ella, quieren regalar a sus hijos la dicha de dedicarles un día completo.
Con un esposo que también tiene un horario complicado y con un hijo de 3 años y medio que los espera en casa, María Fernanda Ramírez Romero se desempeña como Soldado Auxiliar y lleva 5 años en el hospital ubicado en la zona militar en La Boticaria.
Define su experiencia de vida y laboral como "muy bonita" aunque en ocasiones no puede estar de lleno con su hijo debido a las características de su campo laboral.
El menor queda a cargo de la abuela materna mientras María Fernanda y su esposo trabajan. Y como todo ser humano tiene sus temores.
"Se vive todos los días con miedo, miedo a todo el tiempo estar aquí y que llegue a pasar algo allá afuera, por ejemplo cuando hay terremotos, sismos y lo primero que uno piensa es el hijo, la mamá, pero uno tiene primero que servir aquí adentro.
"Tengo un esposo que me apoya, claro, pero trabaja incluso hasta más tiempo que yo,y mi hijo se queda al cuidado de mi mamá, pero sí existe la incertidumbre", admite la soldado del Hospital Militar.
La última comisión, de 2 meses y medio, fue la más larga y más difícil porque es cuando uno empieza a sugestionarse, porque el menor tiene probable acceso a asma y es un pendiente que siempre está ahí, señala María Fernanda.
A pesar de todo, afirma que le gusta su trabajo pues lo considera una buena manera de dar un buen ejemplo a su hijo.
La tecnología facilita la comunicación a distancia y las videollamadas salvan la distancia y permiten la diaria comunicación con su familia.
"Trato de tener mucha comunicación con él a pesar de que está muy pequeño, y trato de solventar el tiempo que no lo veo, con actividades. A veces una llega muy cansada y con muchas ganas de dormir, pero también como mamá una piensa 'no puedo pasar todo el día durmiendo, tengo que atenderlo, tengo que jugar con él', y a veces cuando toca un día de desmonte normalmente no llego a dormir, siempre llego y lo llevo a un parque, a pesar de que a veces quiero dormir, para solventar", asegura María Fernanda.
Por eso dijo que cuando les avisaron que el 10 de mayo sería franco para las mamás que laboran en el Hospital Militar, no cabía en sí de alegría.
"Sentí muy grandioso y sentí mucha felicidad cuando nos dijeron que había llegado el día de hoy la franca para las mamás, porque hoy voy a desmontar con mi hijo muy temprano, sí me hace muy feliz".
María Fernanda Ramírez Romero reconoce que su trabajo es muy absorbente y requiere un gran compromiso, pero no lo cambiaría porque le gusta y ejerce su profesión de enfermera, como Soldado Auxiliar.
/ct
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