María rara vez sonríe, quizá porque sabe que en algún momento de su vida fue abandonada por su madre. Las últimas 8 navidades las ha pasado en Veracruz, en el Asilo Cogra, que es el lugar que conoce como su casa, donde la directora María Teresa Mendoza de Infanzón y sus colaboradores le han dado un trato digno y un poco de cariño, el que no tuvo de su familia en Xalapa, de donde proviene.
A sus 26 años de edad, ha pasado, al menos una tercera parte de su vida fuera del lugar donde nació, en el seno de una familia que le dio la espalda poco antes de llegar a la mayoría de edad.
“María tiene aproximadamente 26 años de edad, ella viene de la ciudad de Xalapa, la mandaron del DIF de Xalapa. Sabemos que tiene a su mamá, que tiene familia, pero nadie nunca viene a verla. Ella es psiquiátrica y es un problema porque es una mujer joven y se nota que viene de alguna familia, pero nadie dice es mi hermana, es mi hija, nada”, lamentó la entrevistada.
Sus gestos, su mirada, su expresión evidencian que ella vive en su mundo, su situación mental la abstrae de la realidad que vive, quizá algo que no desea recordar para no entristecer o llorar.
Exactamente no saben cómo fue a parar al DIF, lo que sí tienen presente es que llegó en la época del duartismo.
“Aquí tiene varios años, está desde la administración de Javier Duarte de Ochoa, nos la mandaron del DIF estatal”, aseguró la directora.
Los momentos felices que vive María son cuando ciudadanos de buen corazón comparten con ella momentos alegres, como en Navidad o Reyes.
El año pasado María pidió un regalo de Reyes, mismo que le fue otorgado por un grupo de veracruzanos, ella disfrutó mucho ese momento, su gesto serio se transformó al recibir el presente, además del obsequio, que agradeció mucho, el abrazo y compañía de quienes le entregaron fue lo mejor para ella, que evidentemente disfrutó.
Para María el calendario no tiene fecha especial, pues al igual que de otros más, se desconoce su fecha de cumpleaños.
Al ser tan joven y con su padecimiento mental, se descarta la posibilidad de que tenga hijos, pero sí se sabe que tiene familia, una familia que la dejó en el abandono y que ha preferido olvidarla.
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