“Sí algún héroe va a haber nuevamente en este país es el maestro, sobre todo los maestros de escuelas públicas, donde ahora el reto es quíntuple, porque si hablamos del maestro del área rural, él no tiene ninguna de esas herramientas tecnológicas con las que contamos en escuelas privadas”, afirmó Fernando Pérez Carmona, director del Colegio Mary Hohmann.
“El maestro rural hoy tiene que crecerse 10 veces comparado con nosotros, para poder lograr su objetivo y lo va a alcanzar, por su creatividad, talento e inteligencia, y las escuelas públicas de la zona urbana pues tendrán que hacer su esfuerzo, porque aunque no tengan toda la tecnología, el maestro se caracteriza mucho por esa creatividad, por esa imaginación, siempre está buscando cómo resolver esa necesidad que siempre tiene el maestro en la escuela pública”, manifestó.
Agregó que hoy más que nunca, los maestros son la profesión que más necesita el país.
“El país más que nunca necesita del magisterio para poder recuperar todo lo que se ha perdido, desde el amor a la patria, el compromiso entre los semejantes, los principios, los valores; la pandemia reestructuró el comportamiento. Hay que reconocer que la pandemia también dejó muchas cosas buenas, un reordenamiento en los hábitos alimenticios, en la condición particular, en la apreciación por la vida, en el valorar la libertad, ha tenido cosas muy buenas la pandemia en algunos aspectos, pero en otros ha sido muy trágico”, indicó.
Escuelas privadas enfrentan crisis
Explicó que en el sector educativo, la problemática es diversa, pues en los colegios particulares apenas y han podido sobrevivir a la pandemia.
“Hablamos de diferentes problemáticas que enfrentamos, esta escuela es un colegio particular que va dirigido a un sector de clase media-baja, que puede hacer un sacrificio para mandar a sus hijos a estudiar una educación muy completa, si algún sector ha sido afectado, ha sido la escuela particular, muchas escuelas han cerrado, a pesar de tener un gran prestigio, de tener una gran calidad educativa, pero el padre de familia no tiene dinero para poder pagarlo”, detalló.
Expresó que el colegio que él dirige, donde cuentan con niveles desde preescolar hasta bachillerato, perdió el 70% del alumnado durante estos meses de pandemia.
“En el caso de nosotros, perdimos el 70% de nuestros alumnos en 20 meses, ahorita que reiniciamos el ciclo escolar, de los alumnos que traíamos, digamos que logramos reempezar al 90% del cien por ciento con el que nos quedamos, es decir, volvimos a bajar la matrícula y buscamos, con promociones, aumentar un poco este número, pero sí es una situación muy comprometida”, aceptó.
Entre las estrategias para el regreso a clases, implementaron un sistema híbrido, en donde un treinta por ciento de los alumnos acude a clases presenciales voluntariamente.
“Increíblemente los que más acuden son los alumnos de preescolar, más que nada por la necesidad de los padres que tienen que ir a trabajar. El reto del año pasado a éste es doble, porque ahora hemos tenido que encontrar la fórmula de trabajar con los alumnos presenciales al mismo tiempo que con los que están en casa”, declaró.
“Tuvimos que implementar una pantalla de televisión en cada salón con un cable HDMI, con una computadora y a través de la plataforma de la escuela, poder enseñar, con una interacción real que solo está separada por la pantalla, pero todos los alumnos escuchan al maestro e interactúan los chicos que están en el salón con los que están en casa”, mencionó.
Admitió que este es un aprendizaje nuevo, que nunca habían vivido pero que permite que con creatividad, con talento, se pueda ir resolviendo la situación provocada por la pandemia.
“Nuestra escuela trabaja con grupos muy pequeños, el máximo es de 20 alumnos y el promedio es entre 15 y 20, entonces las instancias que hay y la acción de convivencia permite que haya realmente una interacción permanente con el maestro”, añadió.
Finalmente señaló que deben trabajar mucho con el aspecto socioemocional del alumno, ya que después de 20 meses de ausencia pudiera reflejarse en una acción de agresividad.
“Definitivamente eso es algo a lo que sí nos vamos a enfrentar los maestros fuertemente porque el niño ha estado aislado, realmente ha convivido con su familia más cercana, pero a pesar de que aquí en la escuela no hemos tenido una situación de choque entre los alumnos, sí se observa en la acción de convivencia, en volver a reinsertarse, en el aspecto de la rutina de trabajo; tenemos que trabajar mucho en la reinserción social y emocional de los niños”, concluyó.
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